Capítulo 25.

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"Eres peligrosamente inolvidable".

Dans Vega.

NARRADOR OMNISCIENTE.

Lisa, Rosé, Jungkook y Somi, cuatro chicos que recién estaba pasando por la puerta de aquella casa la cual estaba abarrotado de personas, bebidas y droga. Porque sí, alrededor había mucho humo y olía bastante a marihuana. Lisa hizo una mueca y se terminó de adentrar.

Las luces decoraban el lugar, y aunque Lisa anteriormente había estado en este tipo de lugares con ese tipo de luces y con casi las mismas personas, lo que más le sorprendía era que todos aquellos iban a la iglesia y se las daban en buenos alumnos cuando estaba más que claro de que no era así. Y lo hipócrita que podían llegar a ser dejaba una huella en ella.

Lisa frunció el ceño mientras sus amigos disfrutaban del lugar, y sonreían. Tenía entendido que nunca asistieron a una fiesta de Nayeon, con lo cual no los culpaba aunque para ella no se le hacía la gran cosa. Se acercaron a una mesa donde estaban las bebidas y ella junto a los otros tomaron un vaso.

—Me encanta esto —dijo Rosé—. Tendré que venir más seguido a la fiestas de Nayeon.

—Si pero... esperen —Jungkook miró directamente hacia la puerta—. ¿Kim Jong-in?

Lisa dirigió la mirada hacia la puerta y sí, ahí estaba el don "no mato ni a una mosca". Para sus adentros no hizo sino sonreír, porque al final del día, aunque con Jennie se pintara una cosa y que era el hombre más bueno del mundo; la realidad era que Kai era un enfermo de las mujeres que sólo quería tener a la castaña para saciar su necesidad de decir que había estado con una virgen y la hija del pastor.

Lisa tenía ese pensamiento ahí, no le daba vergüenza admitir que sentía celos, no porque Kai fuera el primero, sino porque Jennie no la aceptaba ni la miraba de la misma manera. Sí, eran celos.

—Mira nomás, el santo del pueblo —se burló Rosé.

—Yo digo que ese aparte de dar también recibe —se mofó Somi.

—Ya déjenlo, no quiero que inicie una pelea en casa de Nayeon y arruine la fiesta. Saben como es él —Lisa le restó importancia.

Sabía perfectamente que los chismes corrían muy rápido. Y no tardarían en llegar a los oídos de su madre, y a sabiendas de que Kai es un prodigio en este pueblo, no se le echaría la culpa a ella. Dejó que la fiesta siguiera, y sin mirar en dirección a Kai aunque por los gritos de él y sus amigos era más que obvio lo bien que los estaban pasando con las mujeres.

Sus amigos estaban disfrutando de la fiesta pero Lisa se sentía aburrida, creía que no iba a mejorar. La música no la animaba y era extraño, ella disfrutaba todas las fiestas de antes; pero últimamente no disfruta ni la suya misma. Tomó un trago de golpe y se sirvió otro, siendo tolerante al alcohol sabía que este no le haría tanto daño.

Sus amigos se fueron a un area a bailar y disfrutar, Lisa prefirió quedarse en su lugar. Asimismo, saludando a los chicos y chicas que la miraban; sólo movía la cabeza en un gesto leve. Para integrarse en sus pensamientos y volver a perderse en ellos.

—Buenas noches —se giró, encontrándose con Nayeon, la cual le sonreía—. ¿Tardé en aparecer?

Esta noche lucía hermosa, Lisa no perdió la oportunidad de mirarla, y es que a decir verdad, era un ser humano y no negaría que al final, Nayeon la causaba cierta atracción; aunque la que estaba en su cabeza era otra.

Amando La Terquedad De Tu Alma. (Jenlisa)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora