"El sexo sin amor es una experiencia vacía. Pero como experiencia vacía es una de las mejores".
✟Woody Allen✟.
NARRADOR OMNISCIENTE.
Había llegado la noche, y tanto Lisa como Jennie -más Jennie- sabían lo que significaba eso. Así que se quedó acostada en la cama.
Miraba el techo, mientras su pie se movía de un lado a otro con ansiedad. Todos en la casa dormían, eran las doce de la madrugada, y no Lisa no entraba por la ventana. Jennie se sentó en la cama, preguntándose el porqué la esperaba.
—Estoy mal de la cabeza.
Se paró de la cama y se dirigió a la ventana. Estaba loca o eso decía, ella, creí que era una desfachatez siquiera hablar con Lisa.
Se supone que tiene que alejarse de personas así, no acercarse más.
Justo cuando iba a cerrar su ventana, una sombra llegó a esta y la abrió. Dio un paso atrás, sorprendida. Lisa estaba ahí, vestida de negro completo y con una sonrisa de rostro completo.
Se sintió pequeña, ya que sólo tenía unos pantalones de pijama cortos y una blusa, nada más. Pero lo cierto es que esperó verse bien para Lisa.
—La dejaste abierta, me esperabas —caminó hasta dentro de la habitación.
—No... tenía calor, la iba a cerrar ya —intentó cubrir Jennie.
—No me mientas, Kim. Sé que me esperabas —se inclinó, la tomó de la mano y la jaló a su pecho—. Extrañé tu olor.
—Li-lisa... aquí no —hizo hasta lo imposible para alejarse pero no pudo, y tampoco quería.
—¿Está la puerta abierta?
—Sí, nunca la cierro. Y si lo hago mis padres sospechan, no les gusta —contestó.
—Pero es tu privacidad —la pegó más, si es que era posible, no quería dejar espacios entre ellas—. No deberían invadirla.
—No importa, estoy acostumbrada.
—Pues conmigo se te va a quitar esa costumbre —bajó los labios al cuello de Jennie y mordió ahí.
—Mmmh —no pudo evitar soltar la castaña ante tal acto de la más grande—. Lisa...
—Me gusta, me encanta mi nombre en tus labios. Quisiera besarlos, morderlos y hacer miles de cosas más con ellos, son hermosos.
Jennie tenía estos entreabiertos, y decir que no esperaba el beso de Lisa, sería una fatalidad de mentira. Lo esperaba, Lisa olía exquisito, su manera de hablarle y de susurrarle las cosas. Sabía que decir y como decirlo.
Así era todo entre ellas.
—Te quiero llevar a un lugar —la tomó de la mano, lista para bajar por la ventana, pero Jennie la paró en seco—. ¿Qué?
—No, no bajaré por ahí, Lisa. Tengo miedo, no es tan alto, pero como quiera. Y no sé ni para donde me quieres llevar, así que no.
—Jennie, no es tan alto, y no te llevaré para un acantilado, deja el miedo.
—No, mis padres pueden venir y no verme en la cama.
Lisa se acercó, acarició su mejilla y sonrió. Jennie lo sintió tan liviano aquel toque, como una pluma mágica que pasaba por su rostro y relajaba todo su cuerpo.
—No vendrán, y te traeré temprano a casa, te lo prometo. Lamentablemente, no puedo pedírseloa tu padre, me tocará raptarte.
Jennie no pudo evitar sonreír. Lisa la volvió a tomar de su mano. Y ambas bajaron.
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Amando La Terquedad De Tu Alma. (Jenlisa)
RomansaJennie Kim era la famosa y muy recatada hija del pastor, claro, famosa por lo hermosa y recatada porque nadie se podía acercar con malas intenciones. Siempre ha sido muy cuidadosa y ordenada, tanto así, que sabe lo que quiere hacer en diez años a fu...