Capítulo 27.

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"Te quiero como para leerte cada noche... línea tras línea, espacio por espacio".

LALISA MANOBAN.

Parquee el coche en una calle, sí, una calle. Una desolada, que a penas y tenía gente, los faroles alumbraban el camino.

Jennie se bajó y yo hice lo mismo. Nos quedamos fuera un rato, nadie hizo nada. Ni dijo nada.

El silencio era un buen acompañante en este momento, no teníamos ganas de hablar, ni yo de escuchar. Nos apoyamos del capó del coche, la noche estaba algo fría pero lo suficientemente refrescante para que ninguna tuviera frío.

Me quedé con la mirada fija al frente, Jennie me miraba de momentos para ver si decía algo pero no se me ocurría nada, porque como dije antes, todas las palabras para mí ya estaban dichas, aunque no fuese así.

Tener la compañía de Jennie era suficiente, prometí no buscarla más; y no la busqué, pero el destino siempre encontraba la manera para ponérmela a la par, y aquí se encontraba. No iba a decir mentiras, me gustaba, pensar en que era así, que el destino conspiraba a mi favor era mas gratificante de lo que yo quería admitir.

No quería comparar, pero a diferencia de otras veces, Jennie sí hizo latir mi corazón más que para miedos, mal de amores y llantos.

<<Eso se llama amor, Lisa>>.

Sí, tal vez. Pero no puedo dejar de sentir miedo.

¿Y si no es la indicada?

<<¿Y si esta vez sí lo es?>>

—Lo siento —por fin habló—. Sé que no estuvo bien como te dejé de hablar, pero me sentía muy culpable, entiende que cuando vienes de una familia que sólo te enseña lo que está mal más sin embargo nunca lo que está bien.

—¿Me ignoraste por miedo?

Asintió, —Temía a sentir más de lo que me he permitido a mí sentir por alguien. Y ya no era normal, era hacia una mujer.

—Sí es normal, ¿que creían que pasaría en un mundo lleno de personas? —resoplé—. Los hombres cada día son más basura, sin ofender a unos cuantos que se salvan, y las mujeres cada día expresan más, se sienten más cómodas con mujeres. Y aunque no se trata solamente de eso, sino de lo que nos gusta, porque así funciona el amor; y yo en serio esperaba que así como dicen los científicos que sólo un hombre y una mujer pueden procrear, cosa que es cierta, también creyeran que el amor no depende de algo que uno controla. Es algo que viene de aquí —señalé mi cabeza—. No es algo que dependa de nosotros los humanos.

—Yo siempre he creído que está mal, al final del día, Kai es hombre y le cae muy bien a mi padre; pero no le conocía esta faseta —inhaló—. Me decepcionó.

—¿Te decepcionó él o la imagen que te vendió?

—No me recuerdes lo idiota que fui.

—¿Sabes que es lo peor?

—¿Qué?

—Que mañana te vas a levantar y vas a seguir ignorándome y pretenderás que esta noche nunca pasó. Kai te pedirá perdón y tú por darle paz a tu padre y no dolores de cabeza lo vas a aceptar y yo no podré hacer nada —torcí los labios—. Pero está bien, supongo que así funciona. ¿Es todo lo que me querías decir?

—No, Lisa, no es todo.

—¿Qué más? ya me pediste perdón, hablamos de Kai —giré mi cabeza y ambas nos miramos a los ojos—. Si deseas... —Jennie me tomó del rostro, sorpresivamente y me besó.

Amando La Terquedad De Tu Alma. (Jenlisa)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora