Capítulo 10.

11.1K 1K 54
                                    

"Nunca ames a alguien que te haga sentir ordinario".

Oscar Wilde

NARRADOR OMNISCIENTE.

—¿Qué hiciste? —preguntó Minnie, sentándose frente a la pelinegra, la cual comía su desayuno.

Bajó la cuchara y la miró sin expresión alguna en el rostro.

—¿De qué hablas, Minnie? —suspiró.

—Jaemin me acaba de decir que Jennie pidió a sus padres que fueran a la universidad y le otorgaran un descanso, y no sólo eso, sino que también se van por una semana porque su hija se siente "Cansada" de lo mismo. Pero tú y yo sabemos que eso no eso no es así, Lalisa.

Lisa rascó su nuca, —Primero: no me llames Lalisa. Y segundo... no vengas en ese plan, Minnie. La hermana mayor aquí soy yo, y ¿me permites terminar mi desayuno o tendré que escuchar tu cantaleta toda la puta mañana?

Minnie resopló, —Es que eso eres tú. Sólo eres mayor cuando te conviene serlo. Jennie no es como las demás.

—¿En que cojones te afecta lo que hago con ella? —Lisa se paró de golpe, chocando sus manos contra la mesa—. ¡Deja respirar un maldito segundo! te tengo todo el puto día en el oído, no aguanto más, Minnie.

—Te comportas de una forma inmadura, solo trato de cuidarte, Lisa —escupió.

—¡No soy una niña, que se te guarde, no soy una maldita niña. Supera el pasado! —Lisa estaba lista para irse, pero Minnie la detuvo.

—¿Y tú lo superaste? —apretó la manidbula y entrecerró los ojos dándose la vuelta otra vez—. Sé que soy la menor y no tengo ni voz ni voto en tu vida, la cual, va de mal a peor. Pero hazme caso por una sola vez.

—No necesito hacerte caso, si Jennie se fue, bien por ella, ya yo no la molesto más —alzó las manos, a la defensiva.

—¿Qué le hiciste en la iglesia?

—¡Nada, ¿por qué tachan como si fuera una maldita violadora? no lo soy! —gritó, exasperada. Sus ojos sin quererlo se aguaron—. Ya basta, Minnie. No le hice nada, no abusé de ella. Yo no he abusado de nadie.

—Lisa... perdón...

—Lo que pasó con Irene fue un mal entendido, ella les mintió y ustedes le creyeron. Yo soy incapaz de ponerle la mano a una persona, y si Bambam murió no fue porque Irene le fue infiel conmigo, fue porque no encontraba nada más por lo que seguir viviendo cuando Irene se fue —dejó salir, enojada y al mismo tiempo dolida—. Sé que soy la mala de la historia, pero con recordarlo todos los días antes de dormir es más que suficiente, Minnie.

Lisa dejó a Minnie en la mesa, mientras corrió a su habitación y cerró de un portazo. Se pasó la mano por la cabeza, y se dirigió al saco de boxeo que había colocado en su habitación y lo golpeó con frustración y rabia.

Por un lado sentía culpa, en serio creía que Jennie había optado irse por ella, y aunque en parte era así, lo cierto es que Tom, el padre Kim, había sido el que le había metido en la cabeza aquella idea.

Después de ver que Lisa cada día estaba más cerca de su hija, como la mirada y como no podía ni siquiera disimularlo, creyó que unos días fuera de Hastings eran suficientes para que tanto Jennie como Lisa, se separaran y no fueran más que eso, vecinas desconocidas. Ese era su plan, y que en cuanto volvieran juntaría a Kai con Jennie.

Pero Lisa no sabía eso, ella solo sabía que Jennie quería irse y maldijo por lo bajo. No se pudo controlar, no controló el deseo carnal que le tiene a la castaña, ni las miradas, ni la erección. Porque eso era lo que ocurría, miraba a Jennie y todo su cuerpo entraba en un calor inmenso.

Amando La Terquedad De Tu Alma. (Jenlisa)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora