Amando La Terquedad De Tu Alma. (Jenlisa)

Capítulo 26.

"Poéticamente hablando, quiero que mi cuerpo y el tuyo rimen..."

NARRADOR OMNISCIENTE.

Nayeon y Lisa bajaron corriendo las escaleras, y al momento de que eso pasó, vieron el círculo que se había formado en la sala. Y de ahí ambas escucharon gritos, Lisa notó inmeditamente de quien provenían y se acercó corriendo separando a las personas que le impedían el paso.

—¡Una mujer como tú no debería estar en estos lugares. Eres una mujer! —gritó Kai.

Lisa frunció el entrecejo al ver a quien se dirigía. Su sangre se calentó.

—Hey, ¿por qué le dices eso? —intervino.

Jennie se sentía indefensa, y la agresividad de Kai la asustaba. No quería provocar más problemas así que tomó el brazo de Lisa y le pidió de por favor que no interviniera.

—Ahora tú, Manoban, ¿no te cansas de meterte en lo que no te importa? estoy resolviendo un problema con mi chica —la lengua se le enredaba, era más que obvio que había tomado demasiado.

La ira de Lisa era bien reflejada, no quería tomar impulso y darle lo que se merecía, y mientras Jennie la tomaba del brazo para detenerla, aquella quería apartarla y decirle que no lo hiciera. Porque ya tenía muchos días aguantando los insultos de Kai. Y ahora no permitiría que sucediera lo mismo con Jennie.

—No, lo que estás es humillándola, imbécil —escupió Lisa.

—No te metas, aléjate. Jennie no debería estar aquí —reprendió.

—¿Por qué? es una mujer, merece el mismo respeto que cualquiera, y si por ser mujer fuera, pues aquellas prostitutas con las cuales te estabas toqueteando tampoco deberían de estar aquí.

Kai se rió, —A diferencia de ellas, Jennie es una niña de su casa. Es mi novia...

—Yo no soy tu novia, Kai —habló la castaña.

"Uuuh".

Kai la miró ofendido, —Claro, te regalas a todos, hasta con las chicas. Eso hiciste con Manoban.

—¡Idiota!

Lisa se soltó de Jennie y golpeó a Kai en la mandíbula, tumbándolo al piso y colocándose sobre él. Lo tomó de la solapa de la camisa e hizo que aquel la mirada. Todos se dirigían a Lisa para que lo golpeara pero aquella sólo quería amenazarlo, aunque ganas no le faltaban. Nayeon, Jennie y Rosé se metieorn, queriendo alejar a Lisa de Kai.

—¡Escúchame bien, maldito hijo de puta, no te vuelvas a dirigir así a Jennie ni a ninguna otra mujer, porque te mato! —amenazó—. ¡Te mato y desaparezco tu puto cadaver! y ten mucho cuidado con decirle esto a alguien, tú nunca viste a Jennie.

Lo soltó de golpe, chocándole la cabeza contra el piso, se colocó de pie. Luego de darle una última mirada a Jennie, salió como alma que lleva al diablo por dentro, y sin duda, las ganas de golpear algo permanecían en ella.

Se dirigió al coche y se dejó caer contra este. Aun escuchando la música de adentro, se imaginó cualquier cosa menos que la noche terminaría así, hecha un lío. Se recostó del coche para recuperar la respiración y estar más tranquila; pero eso parecía ser imposible.