La central me da la bienvenida con ajetreo y gritos. Necesito ser la mejor capitana para que me tengan en cuenta, ya que no soy la única capitana que quiere ser general.
Matthew es uno de ellos, pero lo tengo ganado. Nosotros competimos para ser generales de tierra. Los generales de la Marina y los aéreos son otros puestos que no me interesan.
El general de tierra es el que manda en todos los generales, apesar de que todos más o menos tienen el mismo cargo.
Algunos no ascienden porque para ellos o ya tienen suficiente con los dos mil quinientos euros que ganan al mes siendo capitanes o porque no les gusta todo lo que acarrea ese título.
Ya que, sí, siendo general ganas bastante dinero al mes, más que un simple capitán, pero hay muchos contras.
Una falla por parte de un general es un caos, muchas perdidas y muchas muertes. Puede acarrear hasta cárcel en algunos casos.
Por eso solo hay tres generales y uno sobresale más que el otro. Empiezo el entrenamiento con mis soldados, después de eso tenemos todos los capitanes reunión con el coronel y el actual general de tierra.
Cuando llega la hora del almuerzo me lo salto para seguir estudiando en mi habitación.
Matthew entra sin previo aviso y me extiende un café.
—No has comido nada— lo acepto sin tanta arandela y se sienta a mi lado.
Le dejo que pase sus manos por mi pelo y me besa la sien y es que este chico ya estaba comiendo de mi mano mucho antes de que le dirigiera la palabra.
Era el mejor de los capitanes, respetado, frío, fuerte, de todo, pero ahora no es más que un pobre que acepta migas de la persona que se enamoró, no podría haber elegido peor persona para enamorarse.
Me subo encima suya a horcajadas y dejo el café en la mesita de noche. Le miro y fuerzo a mis lágrimas salir.
—Vamos, cariño, ¿Qué pasa?— me besa la boca.
—Estoy estudiando para subir a general, pero hay muchos que se presentan.
Necesito que se retire y así me quitaré de encima a la persona que sí puede estorbarme y la que más peso tiene.
—Matt— fuerzo un hipido— No sé si podré— miento— Hay muchos que...
—Cariño no pienses eso, ¿vale?— me enjuaga las lágrimas— ¿Qué quieres que haga para ayudarte?.
"Bingo".
—No lo sé— vuelvo a mentir— Tú eres el único que veo más fuerte que yo, pero no quiero que te retires.
—Yo no he dicho que iba a...
—Eres el mejor capitán y llevas años, eres el mejor— fuerzo más las lágrimas, le cojo de la cara para que me mire. Su erección roza mi entrepierna— Yo no quiero que hagas eso por mi— vuelvo a soltar lágrimas de cocodrilo.
—Lo haré– me asegura— Si con eso dejas de llorar, lo haré mil veces— me acaricia las mejillas— Te quiero, lo sabes, haría lo que fuera por que fueras mía.
Sella sus palabras con un beso dulce, pero brusco. Rodea mis caderas con sus palmas. Intenta tocarme bajo mi camiseta y lo aparto.
—Matt, sabes que todavía no estoy...— bufa y sonríe.
—Lo sé, lo haremos cuando estés preparada— asiento. Intenta besarme otra vez, pero la alarma de mi teléfono salta.
—Tengo que irme— le doy un beso rápido— Te agradezco que lo dejes todo por mí— no digo más y salgo.
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Superstición Keinox
RomanceDespués de todo lo ocurrido con Hera Keinox, llega un estado de calma, en el que nadie ataca a nadie. Por ahora, sin embargo como todo llega, todo se va incluida la calma. La pesadilla de Hera se vuelve realidad, teniendo una hija que es peor que el...