Capítulo 61

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Me despierto sola en la cama y agradezco al menos unos minutos de soledad. Me frotó mucho en la bañera antes de salir. Me visto con lo primero que veo y bajo las escaleras. Rylan no está por ningún lado así que voy a la cocina con las mujeres de mediana edad.

—¿Cómo te encuentras mi señora?— me pregunta la única que está en la cocina.

—Bien, gracias— tomo una bocanada de aire, antes de hablar— ¿Has visto por casualidad a Rylan?

—Señora— sus ojos destellan inocencia— Dios sabe que a mí no me gusta entrometerme en nada, pero las mujeres hablan y por lo que sé, es que estará con alguien muy importante.

—¿Con quién?— frunzo las cejas.

—Eso no lo sé, señora.

Asiento y me alejo de la cocina, voy directamente al despacho de Rylan, despacio sin hacer ruido me poso detrás de la puerta para escuchar.

—¿La buscan?— la voz de Rylan abarca la habitación.

—No, están muy estresados con la central— la voz del acompañante me suena muchísimo—Aunque su hermano sigue insistiendo en buscarla.

¿Ethan?. ¿Están hablando de él?

—Si sigue así, mátalo— escucho pasos acercarse a la puerta, me alejo rápido y me meto en una habitación dejando la puerta entreabierta.

—¿Cuándo podré alejarme de esa gentuza?— pregunta el chico.

—Pues pronto, ya han pasado un mes y tres semanas así que pronto podrás irte. Toma— se paran y se ponen de perfil frente a las escaleras dejándome detallar al chico.

Rylan le da un fajo de billetes y el chico lo acepta enseñando sus dientes. El chico por fin recuerdo quién es, y porque me daba mala espina.

Logan el novio de Akila baja las escaleras, pero a mitad de ellas se para y habla con Rylan.

—Tengo un par de días libres, me voy a quedar para descansar antes de volver— Rylan asiente.

—Claro le diré a Aurora que te deje una habitación doble.

—Gracias socio.

Bajan las escaleras y yo salgo de la habitación para llegar rápido a la mía. No sé qué hace él aquí, se supone que estaba en Alemania con Akila, que estaban enamorados y me encuentro que está aquí, diciendo cosas de mi familia.

Pero al menos el que hable de mi familia me da un respiro, llevo sin saber de ellos mucho tiempo y ahora sé que llevo encerrada un mes y tres semanas.

Antes de que se vaya lo mato, mato a Logan y a Rylan, hoy me voy. Aurora entra y me mira con su semblante serio y con una cruz de Cristo en su cuello.

—Es nuevo el colgante— le digo— Muy bonito.

—Gracias, me encanta tener presente a Dios.

—Me voy está noche— me mira tensa— En la biblioteca, hay un ventanal en la parte del techo, podríamos subirnos por ahí, ya tengo preparadas las cosas, será está noche a las doce.

—Me alegro que lo hayas planificado tan bien— me muestra su sonrisa tensa.

—Bien, puedes irte, quiero estar sola.

Asiente y se va, no salgo de la habitación. Espero a Rylan en la cama. Ahora que lo pienso bien, nunca debí acceder a que nadie que no fuera del núcleo familiar entrará en los planes, a él no lo conocía, lo deje entrar porque me lo pidieron y me carcomía la conciencia que todos me miraran mal.

Superstición KeinoxDonde viven las historias. Descúbrelo ahora