CABAÑA 001 [+21] [TERCERA PARTE DE CELDA 001] [TERMINADA]

CAPÍTULO 2

EMY

Bajo del avión con todas mis pertenencias y un taxi me espera en la acera de en frente. Le doy la ubicación de la casa de mis padres y espero con ansias a llegar. Estoy nerviosa y me tiemblan las manos, no aguanto ni un segundo más.
Por ahora no tengo intención de irme a vivir sola, voy a aprovechar con ellos todo lo que pueda.

El taxista me ayuda a bajar las maletas y las arrastro hasta estar en la puerta. No hay ningún coche. Seguramente estén trabajando.

Los dos han conseguido turnos muy buenos, mi padre trabaja en el área de desaparecidos de lunes a viernes por las mañanas. Mi madre trabaja en la prisión de mujeres de Derby junto a mi tía Shana, también tienen el turno de mañanas y el fin de semana libre.

Cojo la llave y abro. 'Huele a hogar'.

Atravieso el jardín y quito el cerrojo de uno de los ventanales. Dejo las maletas en el salón y voy hasta la habitación que antes era la de invitados.

– ¡ALAN! - chillo enloquecida y mi hermano se gira rápidamente con los ojos abiertos.

– ¡EMY MI VIDA! - se levanta corriendo de la silla y viene hasta mi.

Los dos chocamos en un fuerte abrazo y lloro de felicidad. A parte de mis padres, mi hermano menor es lo mejor que tengo en la vida. Bueno menor...parece como yo o incluso más grande, solo nos llevamos tres años.

– ¿¡Pero que haces aquí?! - me da besos por toda la cara.

– Estoy harta de estar sin vosotros – admito.

Lo beso yo también y me tiro a su cama con él.

Somos muy parecidos a diferencia del color de pelo. Los dos tenemos los ojos entre azules y verdes pero él tiene el pelo moreno como mi padre.

También es un poco raro como yo pero no llega a tanto. Le gusta poco la gente pero ha conseguido entablar más de una relación con varias personas.

– Dios no me puedo creer que estés aquí – me mira alucinado.

– Ya no me voy a ir más – aseguro.

Le cuento todas las nuevas novedades, que no son muchas. Hemos hablado cada día y siempre hemos estado informados de todo.

– ¿Y mamá y papá?

– Llegarán de trabajar en breves – dice mirando el reloj.

– Es una sorpresa, nadie sabe que estoy aquí.

– Les va a dar algo cuando te vean – se ríe.

– Ayúdame a esconderme – digo rápido.

– Aquí – me pega un tirón y me mete en el armario.

– ¡Alan! Hace calor – me quejo apartando la ropa.

– Cállate, creo que papá ha llegado.

Me quedo en silencio y mi hermano hace como que estudia en el escritorio. En realidad es lo que estaba haciendo hasta que he llegado.

Él está en la Universidad estudiando Derecho, como mis abuelos y mi tío. Le va bastante bien y es lo que más le gusta.

– ¡Alan estoy aquí! - grita mi padre desde el salón.

El aire se me atasca y me pican los ojos de las ganas de llorar que tengo. La voz de mi padre es un calmante para mi y escucharla después de tanto tiempo es un regalo. He hablado casi todos los días con él pero por teléfono nunca es lo mismo.

– Estoy estudiando – responde mi hermano un poco agitado.

– ¿Cómo vas? - escucho la puerta abrirse.