CAPÍTULO 15

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EMY

– No vuelvas a decir que no eres una persona normal – dice James seriamente.

– Si lo fuera, no tendría estos problemas.

– Emy – me coge las manos por encima de la mesa – Eres una persona totalmente normal, solo te cuesta un poco socializar y dejarte llevar.

– No hay nada que pueda cambiar eso – hago una mueca con la boca.

– Si que hay – contradice.

– ¿El qué?

– La confianza. Cuando tengas confianza plena con una persona, dejarás de tener estos inconvenientes.

– No puedo crear confianza si no tengo estabilidad con dicha persona.

– ¿Por qué conmigo puedes hablar como si fuera uno más de tu familia?

– Siento confianza hacia a ti – respondo sincera.

– ¿Cómo lo has conseguido?

– Hablando – asiento.

– Eso es lo que quiero que entiendas. No debes agobiarte en el primer momento. Date la oportunidad de expresarte y hablar con calma. Así puedes conseguir todo lo que te propongas.

– Es que tu no me pones nerviosa, los demás sí.

– Con los demás te refieres especialmente a Nika ¿verdad?

– Si – asiento.

– El sabe de tu problema, estoy seguro de que no te va a agobiar más de la cuenta.

– Y aún así me llevó a ver a su madre sabiendo todo.

– Pienso que es algo bueno. Tu problema es como el miedo. Si no te enfrentas, no lo superas. Tienes que ir poco a poco haciéndole frente a lo que más te irrite. Cuando tu cuerpo y tu cabeza se acostumbre, dejarás de ir teniendo esos ataques poco a poco.

– No sé si será posible...

– No pienses negativamente. Si no lo intentas, jamás lo descubrirás.

– Está bien – digo un poco dudosa.

– También me has dicho que él supo calmarte. ¿A que no te lo imaginabas?

– Para nada – niego.

– Lo dejaste ayudarte y tu mente aceptó su ayuda. Si te interpones todo el rato, consigues totalmente lo contrario.

– Es decir, tengo que abrirme a él.

– Todo lo que puedas – asiente – siempre y cuando así lo quieras. No te voy a pedir que confíes en personas que no aportan nada a tu vida. Pero con él vas a tener que pasar mucho tiempo y te viene bien relajarte un poco ante su persona.

– ¿Y si vuelvo a ponerme nerviosa? - me muerdo el labio.

– El lo entenderá. Habla todo lo que tu mente te permita. Cuando no te sientas cómoda, díselo y tómate tu tiempo, pero siempre hablando bien y con calma. Así él también podrá entenderte mejor y tú no llegarás al límite.

– Vale, ¿y qué hago con el deseo sexual?

– Mira – se remueve en la silla - ¿Hay algo que te impida tener relaciones con él?

– Sinceramente, no. Solo saber que puedo reaccionar mal en algún momento.

– Vale, quitando eso, ¿te dejarías llevar?

– Si – asiento rápido.

– Cuando lo ves, al principio eres consciente de que quieres llegar a más. Si tú misma te lo prohíbes, haces que salga el lado inconsciente. Pero si lo haces por voluntad propia desde el minuto uno, estoy seguro de que no te pasará.

CABAÑA 001 [+21] [TERCERA PARTE DE CELDA 001] [TERMINADA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora