Abrí los ojos y ante el apremio por respirar, me incorporé de golpe. Di una bocanada profunda que expandió mis pulmones al punto de doler, como si hubiera estado privada del aire por un largo tiempo.
¿Qué me había pasado?
Miré de un lado a otro; solo hallé negrura y apenas podía distinguir las manos cerca de mi cara.
―¿Bleddyn? ¿Rhia? ―Mi voz temblorosa hizo eco.
Cerré los ojos y traté de llamar a los últimos recuerdos: la fiesta, la alegría, las sacerdotisas y mi baile alrededor del fuego; lo demás era una espesa niebla. El escozor amenazó mis ojos; ¿dónde estaba?, ¿cómo había llegado allí?
Hundí los dedos en mi cabello; el silencio era tan tenebroso que el gemir del viento me erizaba los vellos de la nuca.
―N-no es una cueva. ―Alcé la vista en busca de algún punto brillante y solo encontré la misma nada que parecía querer engullirme.
El miedo escaló a tal punto que podía oír el retumbar en mi pecho y los temblores se apoderaron de mis piernas como trepadoras. El no poder moverlas me llenó de desesperación y comencé a golpearlas. Cuando al fin pude hacerlas reaccionar, me puse de pie y percibí la fría hierba bajo mis pies.
Un crujido se escuchó a mi espalda. No me giré... porque aun sin hacerlo, sabía que algo me acechaba en las penumbras.
―¿Quién e-está allí?
La única respuesta que obtuve fue el susurro gélido del viento.
De repente, el calor incendió mi pecho. Sorat ardía tanto que lastimaba. Cerré las manos temblorosas a su alrededor... el peligro estaba cerca. Demasiado cerca.
Miré a mi alrededor una vez más y al no lograr encontrar nada, no lo resistí más. Alcé la falda del vestido y me lancé en carrera sin importar el rumbo; solo quería poner distancia entre aquello que me amenazaba y yo.
Los jadeos eran lo único que escuchaba mientras corría tan rápido como me lo permitían las piernas; no obstante, la sensación de ser observada y el calor que desprendía mi colgante no disminuían.
¡Todo lo contrario!
Fuera lo que fuera, se preparaba para atacarme. Las lágrimas humedecieron mis mejillas y el grito de auxilio que brotó desde lo más profundo del pecho me arañó la garganta. Una vez más, la respuesta fue el silencio. Nadie podía escucharme, ¡nadie podía salvarme!
―Dioses, ¿qué es esto? Es una pesadilla, tiene que serlo ―me dije y presa del pánico me palmeé las mejillas―. ¡Despierta, Lily! ¡Ahora!
De repente, la brisa se tornó violenta y me lanzó a un lado con fuerza. Giré sobre el suelo hasta chocar con algo; el aire se me escapó de golpe. Tosí varias veces y con un gemido lastimero traté de reponerme. En ese instante, una luz violeta iluminó el lugar y el terror me atravesó entera cuando descubrí lo que me había fustigado: un poderoso remolino oscuro que avanzaba hacia mí.
Y quería mi alma.
Negué con la cabeza mientras más lágrimas caían. No podía moverme. No podía hablar. Dioses...
―Levántate ―resonó en mi cabeza mi propia voz.
―N-no puedo.
―¿Tienes miedo?
¿Cómo no tenerlo cuando no sabía dónde estaba, cuando estaba sola, cuando no sabía lo que tenía enfrente?!
Entonces, ante mis ojos se delineó la figura de una mujer y, para mi sorpresa... era idéntica a mí. Sus ojos resplandecían como dos gemas y en su mano había un abanico de encaje negro; las varillas también lo eran, pero desprendía un fulgor único que solo había visto en el... Etherium.
Lo cerró de un solo movimiento y se agachó para elevar mi mentón con él.
―Esto debe ser un sueño.
―No por ello deja de ser una realidad. ―Tomó mi mano y pude percibir el poder que desprendía―. Si no te levantas y lo enfrentas, el caos devorará todo a su paso, incluso a aquellos a quienes amas y no podremos revertirlo.
―¿D-de qué estás hablando? ―dije con voz estrangulada.
No respondió; solo miró por encima de su hombro hacia el remolino que seguía avanzando hacia nosotras.
Y si no hacíamos algo pronto, nos alcanzaría.
Y así iniciamos este viaje que hemos esperado por tanto tiempo. Recuerden que actualizaré todos los domingos como es costumbre y que todos los miércoles tendremos adelantos de capítulos en mis redes. Gracias por la paciencia, por el gran cariño que le tienen a esta historia y a los personajes.
Millones de gracias.
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La princesa del Alba
FantasyEl preludio de la tormenta. Ese fue el presentimiento que tuve al llegar a mi ciudad natal después de tantos meses. Las intrigas han cobrado fuerza y la sombra de la guerra se cierne cada vez más sobre mi nación. Pero así como todo parece haber cam...