Sombras (2/2)

279 40 61
                                    

Un grupo de hombres, encabezados por el ministro de defensa, ingresó en el salón

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

Un grupo de hombres, encabezados por el ministro de defensa, ingresó en el salón. Todos llevaban el cabello recogido en coletas de guerrero y lucían orgullosos los uniformes que los identificaban: cuatro portaban el vibrante azul del ejército myridio mientras que tres vestían el plateado de los Agelys. No pude evitar sonreír con satisfacción, porque entre ellos avanzaba mi fiel amigo.

Al estar frente a la familia real, otorgaron su saludo en un movimiento coordinado y bajaron la cabeza.

―Como su majestad ha ordenado, el Consejo Supremo de Guerra queda instaurado a partir de hoy ―anunció el ministro Gough.

―Generales que han demostrado valor, entrega y lealtad a nuestro país, en sus manos estará no solo la planeación de las estrategias que nos llevaran a la victoria en esta guerra... ―pronuncié y dirigí la vista al líder del Consejo de Ancianos―, también tomarán las decisiones pertinentes a la seguridad de la capital y de la familia real.

―La responsabilidad de establecer comisiones de investigación siempre ha estado en manos del Consejo de Ancianos ―expresó uno de ellos.

―Pero ya que las sospechas apuntan a Eulyon como responsable, entonces nos corresponde a nosotros formar y liderar la comisión ―respondió mi antiguo mentor con voz autoritaria, propia de un militar.

―General Loyd. ―Respondió a mi llamado y bajó la cabeza―. ¿Lograron escuchar la sugerencia del líder del Consejo con respecto al festival?

―Lo hicimos, alteza.

―¿Qué deberíamos hacer al respecto?

―En vista de lo ocurrido y las sospechas que han salido a la luz, un batallón de los Agelys tomará control de la ciudad hasta que finalicen las investigaciones. ―Se giró y miró a los nobles―. Nadie entrará o saldrá de la ciudad sin que nosotros lo sepamos. De esa manera, el festival podrá llevarse a cabo sin problema.

―¿Y con respecto a la investigación, general Maddox? ―llamé al militar pelirrojo que había convocado desde el sur.

Enseguida adoptó su posición de firme.

―Pronto anunciaremos el inicio de los interrogatorios; desde luego, esperamos que todos cooperen por el bien de la nación.

Posé mis ojos en el duque de Gorobell y no pude refrenar el deseo de girar la daga.

―Como dijo el rey en un principio, en momentos como estos, la unidad es importante para garantizar no solo la seguridad de Myridia, sino también su hegemonía. Es por ello que sus generales, incluso los del sur, están aquí. Ejemplo que todos debemos seguir.

Su rostro enrojeció y sonreí al saberme ganador de la contienda.

Con ello, mi padre se levantó y marcó el final de la asamblea. Todos comenzaron a salir de la sala del trono, momento que él aprovechó para sonreírme a modo de felicitación. Acepté el gesto, a pesar de que yo solo había ejecutado las jugadas que él había ideado.

La princesa del AlbaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora