♪ Capítulo 4

260 33 11
                                    

El estrepitoso sonido de la batería estaba haciendo que me empezara a doler la cabeza

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

El estrepitoso sonido de la batería estaba haciendo que me empezara a doler la cabeza. Llevábamos apenas diez minutos y Daniel ya había comenzado a tocar creyéndose un profesional. Aunque la música que tocaba —si es que se podía llamar así— sonaba más como si estuviera pegándole a los tambores al azar con una mezcla sin ritmo. Gabriel y Goyo iniciaron afinando las guitarras y tocando algunas notas. Las cuales, se escuchaban mejor y agradables al oído humano.

Skye, parecía no incomodarse con el ruido. Desde que llegamos había estado concentrada escribiendo en su cuaderno, sin levantar por un momento la cabeza.

Puse los ojos en blanco, aún escuchando los azotes en la pobre batería. Me levanté de la silla y me senté a su lado.

—Estoy cansada, aburrida y con los oídos sangrando.

—¿Dijiste algo? —preguntó ella, alzando la vista y quitándose un audífono inalámbrico.

Ya entendía porqué estaba tan tranquila escribiendo sin inmutarse por el ruido.

La miré de par en par.

—Nada —contesté, y ella volvió a lo suyo—. ¿Qué escribes? —pregunté, mirando curiosa.

Se quitó los dos audífonos, ahora si poniéndome atención.

—Estoy escribiendo un par de versos que se me ocurrieron, mira —me extendió el cuaderno, en el cual estaban escritos dos párrafos.

—¡Esto esta genial! —expresé al leerlo. En realidad eran muy buenos. Siempre había admitido que Skye tenía un don para la escritura—. ¿Es una canción?.

—No, son solo escritos —contestó, cerrando el pequeño cuaderno.

—Pues debería serlo, es muy bueno.

Ella se encogió de hombros al momento en que aparecieron Bruno y Vale.

—Me alegra que hayan llegado temprano, chicos.

Al fin, los escandalosos ruidos de la batería dejaron de escucharse.

—Llegamos hace un par de minutos —anunció Goyo.

—Oye Bruno, ¿qué te parece esto?—dijo Daniel, empezando a tocar nuevamente la batería, exageradamente como hace un par de segundos.

—Creo que elegimos mal el baterista —bromeó Bruno tapándose un oído, y a continuación rió burlón al ver la expresión de Daniel—. Es broma, solo bájale un poco a tu energía.

—Bien, chicos —Vale tomó la palabra—. Comencemos de una vez con el ensayo...

Dicho eso, Skye y yo subimos al altar en seguida de Bruno y Vale. Nosotras nos paramos a dos metros de distancia de Gabriel, que tomó asiento en una silla con la guitarra eléctrica en el regazo, y de Goyo que estaba recargado en la pared.

—... Antes de empezar —continuó la pelirroja—, debemos dejar clara una cosa, es elegir al encargado de dirigir la alabanza, oséa el que va a cantar.

—Específicamente, un chico —finalizó Bruno.

—Conmigo no cuenten, yo no canto —dijo Gabriel con indiferencia mientras se apoya en el respaldo de la silla.

—Y por eso, será Goyo el elegido —alardeó Vale, señalándolo.

Goyo se señaló a sí mismo, confundido. Vale asintió varias veces sonriéndole ampliamente.

El asintió conforme con la decisión.

Nunca lo había escuchado cantar, enserio jamás. Y eso era porque no éramos nada cercanos. Sé que no debía pensar así, pero creí que la decisión de que el cantara se debía a que su papá fue él de la idea de crear el grupo. Pero la verdad no me importaba, creo que Goyo era el mejor para esta tarea, o eso esperaba.

Ya que tuvimos resuelto ese asunto, todos tomamos nuestros respectivos lugares, que serían los oficiales. Daniel se quedó en la batería, Gabriel con la guitarra eléctrica, Goyo en la voz principal tocando la acústica y nosotras dos a la izquierda como coristas. Vale nos pasó a las dos una hoja con el primer tema a ensayar, "Los muros caerán".

Me tocó estar del lado izquierdo de Skye, la cuestión es, que tengo un poco de indiferencia con ese lado, es decir, no me siento cómoda, así que le pedí a Skye que cambiaramos de lugar. Ella accedió, diciéndome que ella se sentía más cómoda en el lado que yo estaba y cambiamos. Yo en el lado derecho y ella en el izquierdo.

El primer intento salió muy bien. No se equivocó Vale al elegir a Goyo como voz principal, porque cantó muy bien, tenía una voz muy melódica y bonita, era perfecto para ese papel. Daniel algunas veces subía la intensidad de la batería saliéndose del tiempo indicado, haciendo que se perdiera un poco el ritmo. Pero fuera de eso, me gusto como nos escuchamos.

Ensayamos una hora más, y cada vez nos iba saliendo mejor. No tan perfecto, pero si mejor. Aún teníamos que mejorar algunos aspectos más, así que si eran necesarios más ensayos.

Bruno aplaudió varias veces cuando terminamos de cantar, mirándonos en primera fila.

—Se escuchan muy bien, chicos —dijo, poniéndose de pie—. La verdad tenía un poquito de miedo respecto a como saldría esto, pero en realidad me sorprendieron.

—Estoy de acuerdo —coincidió Valeria—. Pero si estamos consientes de que hay que mejorar algunas cosas, ¿verdad?.

—Eso es lo de menos —protestó Bruno, con un gesto de indiferencia—. Con un par de ensayos más se arregla. Estos chicos tiene potencial para esto. De lo que debemos preocuparnos ahora es de encontrar a alguien que sepa tocar el teclado.

—Seguiremos buscándolo. Dios nos va a mandar el indicado, tengan fe —comentó Vale.

—Con tal de que sea antes de año nuevo —bromeó Daniel en voz baja.

Gabriel rió disimuladamente.

—¿Dijiste algo Dani? —preguntó Bruno.

—No, nada.

─Bien. Entonces, hasta aquí el ensayo, chicos. Vayan a descansar.

Skye y yo bajamos del altar. Los tres amigos se quedaron arriba apagando el sonido y dejando todo como estaba. Llegamos a la puerta principal, donde dejamos nuestras cosas, y salimos del templo.

Comentábamos entre risas algunas cosas entre ella y yo, cuando en un momento, sin darme cuenta, di dos pasos hacia atrás chocando con algo y seguido escuché el sonido de algo caerse. Vi como Skye miraba con preocupación lo que estaba detrás de mi y al instante volteé confusa para ver que había golpeado. En seguida, una figura más alta que yo apareció ante mi vista. Tuve que alzar un poco la cabeza para mirarlo.

Gabriel me miraba con el ceño fruncido, podía decir que molesto.

Me quedé paralizada, ¡choque con el cara de roca!, ¡que horror!. Específicamente él.

—Lo siento, no te vi —me disculpé, avergonzada.

Él no dijo nada, solo me ignoro. Se inclinó para levantar su patineta, la cual había caído al suelo hace un momento cuando choqué con él.

Traté de disculparme nuevamente, pero él solo se alejó de mi dando un ligero suspiro frustrado. Noté que Daniel intentaba reprimir una carcajada. Segundos después desaparecieron los tres de nuestra vista.

—Que grosero —dije, un poco indignada ante su actitud.

¿Que onda con este?.

Ya entendía porque él no tenía muchos amigos y que el problema no era que él no quisiera socializar con otros, sino que los otros no querían socializar con él por su pésimo comportamiento. Al fin todo tenía sentido. Con esto comprobé que jamás buscaría tener una amistad con él o algo que se le pareciera.

EFE 6: La Historia Comienza... 🍃[Libro 1] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora