EFE 6: La Historia Comienza... 🍃[Libro 1]

♪ Capítulo 28

Estaba terminando de ayudarle a mi mamá a preparar las hamburguesas para esta tarde.

Es viernes y mis amigos y yo quedamos en que seria bueno juntarnos en una casa para ver peliculas, y obviamente mi casa fue la elegida ya que perdí contra ellos jugando al piedra, papel o tijera por cinco veces consecutivas, nunca fui buena en ese tipo de juegos.

Nos tomamos la libertad de invitar a los inseparables, pero tenían el entrenamiento de fut a esta hora, ya que está por acercarse uno de los últimos partidos antes de terminar el ciclo escolar, así que por esta noche, volvimos a ser tres y tres como al principio.

En ese momento, el timbre de mi casa comenzó a sonar.

—Diego, ¿puedes abrir, por favor? —pidió mi mamá, y él accedió levantándose del sillón.

Habría ido yo, pero tenia la tarea de untar la mayonesa y colocar la carne en el pan, asi qué...

Mi primo abrió la puerta y al instante entraron por ella dos de mis personas favoritas.

—¡Hola, Diego! —saludó Darian.

En sus manos traía dos bolsas con dos botellas grandes de refresco, una sabor ponche, nuestra favorita y una coca cola.

—Buenas buenas, Dios le bendiga hermana Angélica —saludó Dylan, el cual no traía una, sino dos cajas de pizza.

¡Ay, Dios mio!, ¿Que vamos a hacer con tanta comida?.

—Hola, muchachos —mi mamá les devolvió el saludo.

—¡Wow!, ¿no tienen lugar para un cuarto integrante? —preguntó Diego, al tiempo que levantaba la tapa de una de las pizzas.

—¡Claro, hermano! —le respondió Dylan.

—¿Creí que no querías estar? —ladeé ligeramente mi cabeza.

—Y es cierto, no puedo, tengo demasiada tarea que hacer y pienso terminarla hoy, esque quiero tener el resto del fin de semana libre —al final de su explicación añadió una sonrisilla algo sospechosa...

...La teoría de que Diego estaba saliendo con alguien seguía acechándome, lo supuse desde que ví la llamada de esa chica rubia en su teléfono, además que últimamente a estado muy contento y sonriente, ya sé que eso puede ser muy normal, pero en serio, esa felicidad que mostraba era demasiada extraña, tanto que empezó a preocuparme, y no voy descansar hasta saber si la razón tiene que ver con esa chica rubia...

—... pero me guardan pizza, eh.

—No te prometemos nada —le dijo Darian.