EFE 6: La Historia Comienza... 🍃[Libro 1]

♪ Capítulo 39

Gabriel y yo prácticabamos un par de tiros. Yo intentando atajar cada uno de ellos poniendo todo mi esfuerzo y precisión para hacerlo, pero mi amigo también era muy bueno en el deporte, por lo que tuve que esforzarme más para ganarle. Tan solo era un entrenamiento, nada serio e importante, solo practicaba contra él, pero aún así se convertía en una competencia. Él era igual que yo, competitivo a más no poder.

Así eran las cosas. Justo porque éramos un poco parecidos, esque solíamos tener ciertos conflictos.

—Entonces, ¿Ya no regresará a Estados Unidos? —preguntó Goyo sentado en el suelo de cemento de la cancha.

Gabriel suspiró decepcionado, antes de patear el balón hacia mi.

—Ojala se regresará. Pero no puede hacerlo. Dice que se quedara aquí o quizás busque una casa en otra ciudad.

—¿Y cómo te sientes con eso?.

—La verdad prefiero que se vaya lejos, no quiero tener que verlo a diario... Cómo ahora. No lo necesitamos y no es necesario que nos siga buscando. Parece que no entiende que estamos mejor sin él.

El chico pateó la pelota tan fuerte que casi me golpeaba en la cara, desquitando su rabia contra este.

Esquivé con buena precisión el balón girándome a un lado. Le lancé una mirada molesta, pero él no pareció preocuparle en lo más mínimo. Ni siquiera me miró. Estaba ocupado tirándole odio a quien aún seguía siendo su padre.

—Pues yo pienso que es mejor que olvides lo que pasó, vivir con rencor y demostrarle odio no cambiará lo que hizo —dije, mientras iba por el balón que había caído a poco pasos.

Ignoré por completo el hecho de que casi me dejaba sin cabeza.

—¿Estás loco?. Claro que no, esa persona no merece que lo perdone, y mucho menos que haga como si nada hubiera pasado. Por su culpa tuvimos que pasar por malos momentos.

—Sabemos que fue su error, pero está vez Daniel tiene razón —comentó Goyo—. No está bien que vivas con rencor en tu corazón.

Gabriel suspiró pesadamente, con tan solo eso entendí que estaba cansado del tema, como cada vez que intentábamos hablar con él sobre su problema y hacerle entrar en razón en que odiarlo no cambiaría nada. Pero incluso a Goyo tampoco le hacía caso.

—Mejor hablemos de otra cosa.

Gabriel tomó el balón que le lancé, lo colocó en el suelo para patearlo de nuevo a mi.

—¿No tuvieron problemas para dejar el regalo de Darían?.

Atrapé el balón en el aire al tiempo que terminó la pregunta. Tragué saliva nervioso. No habíamos tocado el tema del regalo hasta ahora. Antes, parecía un alivio que no preguntará por ello, incluso había llegado a pensar que le daba igual. Aún no sabía que le dijimos a Darian que el regalo era de él, y era mejor que no lo supiera. Me mataría si se enterará que fue por mi culpa.