EFE 6: La Historia Comienza... 🍃[Libro 1]

♪ Capítulo 41

Después de mucho tiempo de trabajo, el mural por fin estaba terminado.

Hoy sería el día en que se lo mostraríamos al director de la escuela, es decir, el padre de Hanna. Por lo que ella se estaba ocupando de darle los últimos retoques con el pequeño pincel que tenía en la mano, mientras yo solo miraba mi celular con un poco de aburrimiento. Decidí faltar a mi clase de química solo para estar con ella en ese momento. Solo esperaba no tener problema con eso.

Levanté la cabeza mirándola, ella estaba tan concentrada pintando que ni siquiera lo notó.

—Yo creo que ya está bien, no es necesario que lo retoques más.

No recibí respuesta de su parte. Su máxima concentración estaba enfocada en aquella colorida pared.

Sacudí mi cabeza ignorándola, me levanté para sacar mi cámara de la mochila y tomar un par de fotos al mural que había quedado genial. Aunque claramente todo el crédito era solo para Hanna, ya que mi trabajo solo consistió en pintar algunas partes con los colores que ella indicaba que eran los correctos, mientras ella se ocupaba del diseño y de hacerle diversos retoques con diferentes técnicas, dejando a la luz el conocimiento que tenía de ello, dejándome impresionado.

—¿Es idea mía o esto se ve un poco raro?.

Bajé la cámara y me acerqué curioso a ella, la cual observaba una parte del mural con una ligera mueca de disgusto. Lo observé desde varios ángulos, analizándolo como si yo fuera un critico experto en el arte.

—Mhm... No, yo creo que está perfecto —me incorporé, sonriéndole y alzando el pulgar de la mano que tenía libre.

—¿Estás seguro? ¿No lo ves un poco... torcido?.

—Esta perfecto, Hanna. No sé de dónde sacas que se ve torcido —dije, mientras miraba las fotos que había tomado—. Mira, desde este ángulo se ve genial.

Ella se acercó rápido para estar a mi lado, noté que observaba la fotografía con ojos orgullosos y centelleantes mientras los deslizaba por cada pequeña parte, pero repentinamente su expresión cambio a una mueca de horror absoluto que me dejó confuso.

La miré con el ceño fruncido en el momento en que ella me arrebataba la cámara para mirar la foto más de cerca.

—¿Qué pasó? —pregunté, preocupado, también analizando la foto para ver qué le había provocado tal reacción.

—¿Así se me ve el cabello por detrás?.

Relajé los hombros al instante y la miré con cara de "¿es en serio?". Le quité la cámara de las manos mientras ella seguía con esa expresión. Miré la foto, justo en una esquina aparecía ella de espaldas mientras terminaba de darle los últimos —y esperaba que sí fueran los últimos— retoques al mural.