♪ Capítulo 8

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Después de la corta visita al lago del rancho de los abuelos Martínez, volvimos a la casa cuando el sol comenzaba a ocultarse y el frío que tanto detesto se hizo presente al caer la tarde

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Después de la corta visita al lago del rancho de los abuelos Martínez, volvimos a la casa cuando el sol comenzaba a ocultarse y el frío que tanto detesto se hizo presente al caer la tarde.

Eran aproximadamente las siete y después de haber tomado un baño caliente, me percaté de que no había tomado mi teléfono en todo el día, debido a que no me acordé para nada de él. Al encenderlo, la pantalla se llenó con cientos de mensajes de WhatsApp y llamadas perdidas de mis papás, la mayoría de mi mamá. Decidí mandarle un mensaje disculpándome y diciéndole que estaba bien. Esa me pareció mejor idea que llamarle para que terminara hablando por horas.

Sabía que me esperaría una enorme regañada al regresar. 

Ya con la noche encima, finalmente nos encontramos en el jardín, la casa entera se llenó con la llegada de más gente y el tío de Skye que faltaba por llegar, llegó con su prometida, Angie, ahora sí completando la familia.

Skye, Aitana, Carla y yo nos manteníamos ocupadas tratando de prender la fogata, la cual se apagaba a cada rato debido al viento frió que se sentía. Después de varios intentos lo logramos. Colocamos varios troncos de madera bastante firmes para usarlos como asientos alrededor de la luminosa fogata. Gastón, Yoel, Mateo y los gemelos fueron a buscar los malvaviscos y algunas otras botanas para compartir.

Cuando terminamos de ordenar todo, nos sentamos cada una en un tronco, mientras tratábamos de calentar nuestras frías manos con el calor de la fogata.

—Entonces chicas —dijo Aitana, sentándose entre Skye y yo—. Cuéntenme, ¿hay algunos chicos que quieran presentarme cuando vaya de visita a su ciudad? —preguntó, dejándonos a Skye y a mi un poco sorprendidas—. Que sean cristianos obviamente.

—Óyeme, tú. ¿Y desde cuando te interesa a ti conocer chicos? —cuestionó Carla, al otro lado de la fogata.

—Sí, creí que pensabas que los chicos eran tontos y no te interesaba tener novio —puntualizó Skye, con una mano en la cintura.

—Ya lo sé, ya lo sé —admitió Aitana poniendo los ojos en blanco—. Pero eso lo dije cuando era una niña tonta, ahora ya crecí.

—En realidad, si conozco chicos que podrían interesarte —dije, divertida, provocando que Skye me mirara amenazante.

—¿Enserio? ¿quiénes? ─inquirió Aitana, girándose completamente hacia mi. Emocionada.

Me tomé un momento en pensar, y vinieron a mi mente tres chicos, de los cuales podía hablarle. Total, dudaba que algún día visitara nuestra ciudad. 

—Conozco a un chico que se llama Gabriel —dije y Skye me miró confusa, con el ceño fruncido—, pero hay un problema con él.

EFE 6: La Historia Comienza... 🍃[Libro 1] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora