—¿Y ahora a ti qué te pasa? —preguntó Gabriel al tiempo que se sentaba a mi lado en el sillón.
—¿Qué me pasa de qué? —pregunté sin mirarlo.
—Estas leyendo... y tu nunca lees. Y mucho menos la Biblia.
Me obligué a interrumpir mi lectura para mirarlo.
—Siempre es buen momento para hacerlo —dije, casi con las mismas palabras que usó Daniela la última vez que la vi.
Él me miró confuso, más bien como si no creyera lo que acaba de decir. Lo ignoré y continué leyendo.
Gabriel soltó una risa, pero no de burla, más bien irónica.
—Creo que es la primera vez que veo que lo haces —le dio un trago a su vaso de agua.
—¿Y por eso está mal que lo haga ahora?.
Lo observé de reojo negar con la cabeza.
—Para nada, pero me resulta extraño ver qué lo hagas. No es muy propio de ti.
Lo ignoré y no dije nada más. Estaba concentrado leyendo el pasaje que Daniela me recomendó, Colosenses 3. Dijo que era momento de que buscara a Dios de corazón. Ese día en el parque me dio un largo sermón sobre lo que significaba seguir a Cristo de verdad, eso ya lo había escuchado un montón de veces en la iglesia, pero cuando ella me lo dijo, le puse más atención. Tenía una excelente manera de explicar las cosas de manera que lograba tener mi atención en todo momento.
Me hizo reflexionar acerca de muchas cosas, después de que me arriesgué a darle ese beso en la mejilla, sí, fue un momento del que no me arrepiento. El punto es, que algunas de sus palabras me hicieron cuestionar muchas cosas sobre mi, sobre mi vida cristiana mejor dicho, sobre si de verdad el concepto que yo tenía sobre ser un chico cristiano era el mismo que el de todos los demás.
—Llegaron las pizzas —Goyo apareció por la puerta con un par de cajas.
Las dejó sobre la mesa frente a nosotros. Nos miró a ambos, con las manos en las caderas.
—¿Quién conecta la consola?.
Minutos después, estaban los dos jugando un videjuego. Gabriel volvió a perder por tercera vez consecutiva contra Goyo, a pesar de ser el rey de los videojuegos, últimamente no estaba tan concentrado en eso, se le notaba distraído y pensativo en muchas ocasiones, y solo demostraba esa actitud cuando su cumpleaños se acercaba. Dejó el control sobre la mesa indignado ante su derrota.
—Lo siento amigo, tal vez para la próxima si ganes —le dijo Goyo al tiempo que tomaba un pedazo de pizza.
—No importa. Te toca, Dani.
—No puedo, sigo ocupado.
Los dos se quedaron en silencio un momento ante mi respuesta. Sí, entendía que para ellos era raro que no saltara de emoción para jugar y tratar de ganarles solo para aumentar mi ego. Pero realmente estaba interesado en tratar de cambiar y ver como podía ser mejor persona.
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EFE 6: La Historia Comienza... 🍃[Libro 1]
Spiritual¿Qué pasaría si algún día Dios te sorprende con algo que tú no esperabas para nada?. La vida de Darian y Skye siempre ha sido bastante simple. Han sido mejores amigas desde siempre debido a que su amistad comenzó dentro de la iglesia en la que se co...