Después de lo ocurrido ayer, no volví a ver a Hanna por ningun lado. Algo me decía que se estaba escondiendo de mi, y claro que era de esperarse, ya que la espanté con mi torpeza.
Pero en mi defensa, nunca había intentado hablar con una chica que logrará causar estás extrañas sensaciones dentro de mi, y es que...
No quiero enamorarme, no si no es de alguien a quien también ame y conozca a Dios, y me dí cuenta por su actitud de ayer que ella no es así.
Siempre he tenido claro que los tiempos de Dios son perfectos y nunca me preocupé por encontrar a mi idónea, siempre dejé ese tema en las manos de Dios y me enfoqué en esperar, pero ahora no sé que me pasó que de repente comencé a sentirme así.
Necesitaba pensar, aclarar un poco mis ideas y despejar mi mente.
Y ¿cómo iba a hacer eso?, leyendo mi Biblia y hablando con Dios, mi fiel y principal consejero, y para eso necesitaba estar solo, así que decidí no entrar a la última clase antes del receso.
Caminé unos minutos hasta encontrar un lugar que me sirviera y que estuviera un poco "privado". Finalmente me pareció encontrar el lugar perfecto.
Llegue a la parte de atrás del auditorio donde a simple vista, en una amplia pared se encontraba pintado un enorme mural bastante interesante, de colores oscuros, grises y blancos, no podía distinguir muy bien que imagen representaba, pero me pareció hermoso a simple vista.
Me acerqué curioso a este tocado los bordes de las líneas en color negro, apreciando cada detalle del mismo, parecía que había sido echo con mucho trabajo y dedicación, incluso con pasión y entusiasmo.
—¿Qué haces aquí?.
Me dí la vuelta sorprendido al escuchar a alguien detrás de mi.
Era Hanna, mirándome con el ceño fruncido mientras sostenía un bote pequeño y en su otra mano una bolsa con varias brochas de pintura.
—Amm... —traté de pensar en algo, ya que me había tomado por sorpresa—, yo...
—¿No te dije que te alejaras de mi? —dijo, al tiempo que se acercaba y dejaba las cosas en el suelo.
—Bueno yo, solo estaba caminando por aquí y vi esto —señalé el mural.
Ella me miró no muy convencida, seguramente pensaba que estaba mintiendo y que en realidad la estaba siguiendo, no sé, es lo que yo pensaría si fuera al revés, pero conste que esa nunca fue mi intención, ni siquiera sabía que ella estaba aquí.
En seguida, se agachó para sacar una brocha de la bolsa de plástico, después destapó el pequeño bote lleno de pintura blanca y sumergió la brocha en este haciendo pequeños círculos con ella.
—¿Tu lo hiciste? —inquerí, admirando nuevamente el impactante mural.
—Sí —respondió, al tiempo que se ponía de pie miradolo.
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EFE 6: La Historia Comienza... 🍃[Libro 1]
Espiritual¿Qué pasaría si algún día Dios te sorprende con algo que tú no esperabas para nada?. La vida de Darian y Skye siempre ha sido bastante simple. Han sido mejores amigas desde siempre debido a que su amistad comenzó dentro de la iglesia en la que se co...