♪ Capítulo 53

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Me desperté con los rayos del sol que entraban por la ventana semi abierta

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Me desperté con los rayos del sol que entraban por la ventana semi abierta. Me senté y tallé mis ojos con las manos. Me dolía la cabeza y sentía mis ojos muy cansados, seguramente estaban hinchados por todo lo que lloré el día anterior.

Ni siquiera tuve el valor de mirarme en el espejo, no quería ver el horror con el que me encontraría al hacerlo, y no necesitaba que mi baja autoestima terminara de caerse al suelo haciéndome sentir peor de lo que ya me sentía.

Tomé mi teléfono y me percaté de que tenía un par de mensajes de mis amigos, pero no tenía ánimos de mirarlos, así que solo dejé el teléfono dónde estaba y me quedé sentada en la orilla de la cama, mirando a la nada.

Todo me parecía una horrible pesadilla. Ojalá fuera eso, una pesadilla, pero el sentimiento y todo lo que sentía era real. Me impresionaba lo mucho que me afectaba todo esto. Mi segunda desilusionada.

La primera, fue con el tonto de Ian Acosta...

Casi 3 años antes...

Dejé el plumón morado a un lado sobre la mesa. Tomé la hoja blanca y la miré con ilusión antes de doblarla en tres perfectas partes.

Tomé de nuevo el plumón y dibujé dos corazones redondos y bonitos en la cara trasera del sobre blanco. Metí la carta dentro y la sellé con una calcomanía de corazón rojo.

Me puse de pie y tomé la caja con el regalo que compré días antes para Ian. El capitán del equipo de básquet de la escuela, y quien era mi crush, al igual que el de muchas otras niñas. Agh.

Caminé por los pasillos directo a la cancha de básquet donde se suponía que estaría él entrenando con el equipo. Nada me ilusionaba más que darle yo misma este regalo, por primera vez vencería mis miedos y lo haría yo, está vez no pediría la ayuda de Hanna, se lo daría yo misma, estaba decidida a hacerlo, aunque estuviera muriéndome de nervios por dentro.

Llegué a la cancha y lo primero que vieron mis ojos fue a él. Corría por la cancha con el balón en sus manos tratando de encestar en el aro.

Me senté en una de las mesas para observarlo embobada solo a él, esperando a que terminara el entrenamiento. Si Skye me mirara, ya me habría regañado por estar aquí de nuevo, pero ahora estaba ocupada ayudando a la profesora con los últimos detalles para la fiesta de San Valentín de esta tarde. Al ser de las mejores de la clase, fue seleccionada para ayudar con eso, sinceramente no me daba envidia, prefería estar aquí que inflando globos en forma de corazón y pegando papelitos con frases románticas en las paredes.

El juego termino con una victoria del equipo de Ian. Mis nervios aumentaron cuando vi que los chicos se acercaban a las bancas. Era la hora.

Me puse de pie, tomé el regalo y la carta en mis manos y tras un largo suspiro caminé hacia allá.

Por dentro me daba ánimos a mi misma para poder hacerlo. Tenía que hacerlo.

Los chicos alardeaban entre risas cosas que no entendí, seguramente referentes al juego. Nadie me prestaba atención, ni siquiera se habían percatado de mi presencia. Por lo que tuve que alzar la voz para ser escuchada.

EFE 6: La Historia Comienza... 🍃[Libro 1]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora