♪ Capítulo 15

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Finalmente y después de dos largas e intensas semanas, ya era domingo

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Finalmente y después de dos largas e intensas semanas, ya era domingo. Justo por eso, hace unas horas tuvimos nuestro último ensayo antes del culto de está noche, repito ¡ESTA NOCHE!.

Estaba muy emocionada pero al mismo tiempo muy nerviosa. El ensayo salió demasiado bien y Bruno tuvo la brillante idea de hacerlo general como si fuera el servicio oficial, el cual nos permitió prepararnos bien para saber con exactitud como llevarlo a cabo ya que pues, era nuestra primera vez dirigiendo uno, y el primero de muchos.

Otra cosa que me emocionaba, era que nuestro nuevo amigo se nos unió al grupo como de milagro. Tuvimos a un excelente pianista a nuestro lado por varios días y justo ayer salió a la luz otro de sus talentos ocultos que llegó para ayudarnos. Me preguntaba si Dios tenía algo que ver en esto, y si era así, lo agradecía demasiado.

Después de regresar del ensayo este medio día, llegué a mi casa y me dispuse a limpiar mi habitación, escuchando música de Strings and Heart a todo volumen en las bocinas de mi papá. Ya que quería mantenerme ocupada haciendo algo debido a los nervios que sentía por al fin cantar frente a todos los hermanos de la iglesia.

Después de dejar mi habitación completamente impecable, fui con Diego a ver una película de Marvel. Hacia tiempo que no lo hacíamos, bueno, en realidad desde que comenzaron los ensayos con el grupo. De igual manera él estaba también ocupado saliendo con sus amigos, lo cual ya se había vuelto más habitual que de costumbre.

—Vas a verme cantar hoy ¿verdad? —pregunté, rompiendo con el silencio entre los dos—. Tienes que estar ahí, eh.

—Claro, cuenta con eso —contestó—. No voy a perderme la oportunidad de verte hacer el ridículo frente a todos los hermanos —bromeó y yo le lancé un puño de palomitas fingiendo estar molesta. Después ambos reímos.

Nos encontramos en la sala, Diego recostado en el sillón con un cuenco de palomitas a su costado y yo sentada en el suelo frente al sillón.

—Oye Diego, me prestas tu teléfono para ajustar la hora del mío, es que esta retrasado con algunos minutos.

—Claro, toma —me lo extendió—. Yo iré a la cocina por más palomitas.

Asentí y tomé el teléfono, lo desbloqueé y al mismo tiempo encendí el mío y abrí la configuración para arreglar la hora.

Hace días que estaba retasado con diez minutos y necesitaba que la hora estuviera bien para así no tener que llegar tarde a ningún lado, como me había estado sucediendo y hoy, no podía cometer el error de llegar tarde a la dirección de mi primer servicio.

Mientras lo hacía, un mensaje en la pantalla del teléfono de Diego hizo que por instinto volteara a verlo, era un WhatsApp de Axel, su amigo:

EFE 6: La Historia Comienza... 🍃[Libro 1] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora