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El mundo animal, los asesinatos entre especies, ya sea por territorio, supremacía o la cadena alimenticia, están normalizados.

Es parte de...

En el mundo de los humanos, esto es un delito, sea cual sea el motivo, pero como era de esperarse, el dinero puede hacer milagros y la ley es inútil ante un pedazo de papel con números en las orillas y la cara de tipos que ya nadie reconoce.

Esto es a lo que se le llama injusticia en su máxima expresión. No se castiga el crimen si es que es bien remunerado, solo los ricos pueden gozar de justicia, pero en estos momentos, esa sería una ventaja.

11.35 a.m.

—¿Estas cosas no se hacen de noche?—preguntó NamJoon colocándose un par de guantes quirúrgicos.

—¿Cómo pides un permiso para entrar a la zona A de noche?—respondió Jungkook con una pregunta cargada de sarcasmo.

—En realidad, si se puede, pero Jungkook no quiso hacerlo durante la noche porque no puede dejar solo a su chico durante mucho tiempo o explotará.—bromeó Yoongi.

Las carcajadas de NamJoon lograron escucharse por toda la instalación.

—Silencio.—pidió el pelinegro.

—Bien, estamos en mi fábrica.—abrió las manos mostrando la enorme cámara de frío que se encontraba a 9°.—Aquí procesamos nuestros productos, ya saben, selección de lo que sirve, lavado, pelado y cortado. Estos productos pasan a la siguiente cámara. Por ahí.—señaló a una puerta de doble hoja, de acero, que a su vez tenía una cortina de plástico grueso que caía hasta el suelo.—Seguiría comentándoles sobre mi empresa, pero creo que hemos venido por otra situación, otro día les doy el tour.—afirmó acercándose a una puerta en sentido contrario a la anterior.—No creerán que harán su desastre aquí, ¿verdad?

Los dos se mantuvieron en silencio.

—Obviamente, vamos a tomar una cámara de refrigeración que en estos momentos no se encuentra en uso.

Caminaron hasta la entrada de acero y con un poco de presión esta se abrió. El aire frío les hizo saltar por el empeoramiento de la temperatura.

—Aquí estamos a 5°.—comentó con tranquilidad.

—¿No se supone que no se encuentra en uso?—preguntó Jungkook abrazándose a sí mismo.

—Que no esté en uso, no significa que no prenda. No debes apagar tus aparatos por una larga temporada o se echarán a perder y eso es un gasto estúpido e innecesario, qué deseo evitar.—subió el cierre a su casaca y continuó.—Además, hoy tenemos un invitado que debemos mantener a temperatura o se pudrirá. ¡Sal de ahí! Los cobardes no se esconden entre esos plásticos viejos, ven y saluda a los visitantes.

El susodicho no apareció y Yoongi hizo una señal a uno de sus guardaespaldas para que este fuera por él.

—Yuan, ve por un par de abrigos para mis amigos. No es justo que estén muriendo de frío aquí adentro.—indicó, a diferencia de Jungkook y NamJoon, todos los demás estaban completamente abrigados.

Diez minutos después, el frío se disipó en un gran porcentaje de su cuerpo y el hombre que el pelinegro buscaba apareció siendo arrastrado hasta dejarlo cerca a sus pies.

—Jungkook, es un gusto presentarte a la basura que me pediste que buscara con tanta necesidad.

Definitivamente, como lo había imaginado. Un viejo insípido, con poca gracia y los ojos llenos de miedo que seguramente no tuvo al lastimar a tantas personas.

—Es la definición de mierda. Creo que se orinó en sus pantalones.—mencionó NamJoon tocando una de sus piernas con la punta de su zapato.

—¿Estás seguro de que es él?—Yoongi asintió.

—Tiene cara de imbécil, cobarde y es absolutamente golpeable.—mencionó el mayor de los tres.—Dae, ayúdame a colgarlo ahí.—ordenó, el hombre lo tomó de los brazos y arrastró hasta un gancho de acero en el que enganchó la cuerda con la que sus manos estaban atadas.—¿El agua?—preguntó y uno de sus hombres le brindó un balde de agua y este lo vació en todo su cuerpo.

Jungkook se acercó a él notando el temblor de su cuerpo por las bajas temperaturas.

—¿Me contarías a cuántas personas mataste?—El hombre se quedó petrificado, no tenía idea de que responder.

—Y...yo no...—No dejó que continuara, le proporcionó una patada en las costillas derechas que le quitaron el aire.

—Cada mentira que salga de tu boca tendrá consecuencias. Vamos de nuevo, ¿a cuántas personas mataste?—Yoongi rio divertido desde atrás, en su vida torturó a varias personas, pero la venganza en su estado puro era digna de ver.

Desde pequeños todos son adoctrinados con el perdón y resiliencia como objetivos de vida. Si no perdonas eres un ser humano lleno de rencor y resentimientos, si te vengas eres cruel y culpable, aun cuando tu venganza puede no ser ni el 10% de lo que te hicieron.

Vivir es de hipócritas, nacemos para perdernos en el mundo de las mentiras, del odio, del rencor, de los pensamientos que evitamos mencionar, para no tener que pasar por el sermón de lo mal visto, de los sentimientos dolorosos y del querer con pasión desenfrenada al punto de perder la cabeza.

—¡¿Te crees el maldito justiciero de todas esas perras?! ¡La ley no condena sus muertes ni nada de lo que hice!—exclamó Gunwoo escupiendo sangre por el golpe en la cara directo que recibió de NamJoon.—Después de todo, son simples esclavos en un burdel y están ahí para complacernos.

Morir sería demasiado piadoso para él.

—¿Qué? Parece que quieres hablar, finalmente dejaste de orinar tus pantalones. ¿Complacerte a ti, que no cuentas con un solo centavo propio? No me hagas reír, hasta para prostituirse hay niveles y ningún prostituto ni muriéndose de hambre te haría el favor. —se burló el menor pisando uno de sus pies descalzos, provocándole un grito desesperado.—¿Justiciero? Para nada, no me importa lo que hayas hecho con las otras víctimas. Yo no soy hipócrita, todos hacemos cada cosa por un bien propio.—respondió presionando aún más los dedos de su pie.—Pero hay alguien que si me importa y mucho. Tanto que accedí a arriesgar mi vida para encontrarte y valió cada maldito segundo.—mencionó acercando una aguja que le dio Yoongi, al rostro del contrario.—Me parece que tomaste lo que es mío, también lo torturaste e intentaste abusar de él. Si lo hubieses logrado, créeme que tendrías tu pene en tu garganta ahora mismo.

—¿T...tuyo?—titubeó al notar la aguja frente a su ojo derecho.

—Si, mío. Park Jimin es mío y aunque te parezca irrisorio, él no tocaría a otro hombre fuera de su horario de trabajo porque su consentimiento es solo para mí, él elige estar en mi cama y dormir a mi lado. No existen precios ni compensaciones porque es natural. No hay nada más vergonzoso que forzar a otros a darte lo que deseas porque no tienes los huevos suficientes para obtener su confianza y su corazón, es por eso que vas a morir hoy.—afirmó con los ojos completamente oscurecidos.—Recuerda esto, aunque te mueras, Jeon Jungkook te mató por tu propia culpa, es y siempre será tu culpa.

Esto fue lo último que dijo antes de clavarle la aguja, haciéndolo gritar por piedad.







Perdón por no publicar ayer, pero tenía que terminar de pintar un cuadro que me pidieron y eso toma tiempo, aun así, seguimos con los capítulos diarios.

Que tu cama sea mi hogarDonde viven las historias. Descúbrelo ahora