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Este capítulo tiene contenido 🔞



Despertó acurrucado como niño en los brazos del contrario, la alarma les obligó a abrir los ojos.

—¿Qué hora es?—preguntó el pelirosa.

—La alarma suena a las seis.—respondió Jungkook con el rostro escondido en su cuello.—No quiero levantarme.

—Yo tampoco. ¿Irás a algún lado?—Su estómago se encogió esperando una respuesta negativa, pero no tenía demasiadas esperanzas.

—El taller abre a las 8 a.m.—Su piel suave le incitaba a besarla y no se resistió.—¿Crees que te estén buscando ahora mismo? ¿No sería peligroso si pasas más tiempo aquí?

Seguramente Taehyung ya había conversado con el estafador de JoonSuk pidiéndole que lo deje pasar tiempo a solas.

—No quiero volver.—confesó abrazando la cintura de Jungkook con fuerza.—Déjame vivir en el sótano de tu taller por siempre.

El mencionado sonrió dejando besos en sus mejillas y luego en sus labios.

—Deberíamos adecuar el lugar entonces.

Los dos comenzaron a reír sabiendo que en el fondo era algo imposible.

—Tienes que trabajar, ¿verdad?—preguntó nuevamente Jimin.

—Debo hacerlo, un día de trabajo perdido en este distrito puede costarte el alimento de varios días.

—¡Bien! Hoy trabajarás para mí, te pagaré por atenderme, darme de comer y mantenerme a una buena temperatura porque no aguanto el frío.

Estaba siendo infantil, pero su instinto le pedía a gritos un poco más porque tal vez, luego no tendría la posibilidad de volver a vivir algo como esto.

—No puedo hacer eso. Hablo de recibir dinero por ser atento contigo, es algo que puedo hacer sin pago alguno...—El "pero" estaba cerca y el pelirosa lo sintió llegar.—... pero, tengo algunas entregas que hacer hoy y no puedo fallarle a los clientes.

Tampoco quería rechazarlo por completo, nunca en su vida podría hacer ello.

—Aunque, puedo salir temprano. Dime, ¿Aún no quieres volver por hoy?—Jimin negó rotundamente.—Bien, desayunemos, vamos al taller, a la hora de almuerzo, comeremos juntos.—aseguró.—Prometo que a las tres estaré libre y volveremos a casa.

Pudo haberse tratado de una simple forma de referirse a su hogar, pero al no encasillarlo en "mi" dejando la palabra libre de pertenencia hizo que este sintiera que tenía un lugar a donde ir, una casa, algo más que el prostíbulo en el que vivió desde que podía recordar.

—¿Te parece bien o deseas quedarte aquí?—preguntó nuevamente.—Puedo venir a almorzar contigo también y volver a las tres.

Jimin volvió a negar.

—Yo te acompaño, estoy ansioso por conocer ese lugar lleno de aceite, de carro y suciedad.—contestó feliz levantándose de la cama.

Seguía desnudo y el frío alcanzó a erizarle la piel, dando paso a que este retrocediera y volviera a su posición inicial sacando varias carcajadas de Jungkook.

—Se me congeló el trasero, eso no es gracioso.—se quejó.

—Parecías un gato encrespado.—bromeó acariciando su espalda baja.—Tu piel es demasiado suave, me asusta pensar que puedes ser un vampiro, nada en ti envejece.—Esta vez fue Jimin quien comenzó a reír.

—Lo soy, uno que devora mecánicos.—se burló mordiendo el cuello del menor, quien rápidamente lo tomó de la cintura acomodándolo encima de él.—Sé lo que estás tratando de hacer.—Volvió a mirarlo de frente mordiendo su labio inferior.

Que tu cama sea mi hogarDonde viven las historias. Descúbrelo ahora