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Cuando todos se fueron, Taehyung corrió a tomar su teléfono, quería convencer a Yoongi para que entregue el contacto de Jungkook, pero Jimin lo detuvo de inmediato.

—No es necesario, respira y siéntate conmigo por un momento.—El menor obedeció abultando los labios con un poco de molestia.—Parece que te has vuelto más hiperactivo desde que te liberaron, tu esposo parece tener sueño cada que nos vemos, pero tú eres feliz a su alrededor.—bromeó pellizcando su mejilla.

—No es cierto, es una persona muy divertida. Su rostro no ayuda mucho, pero sus ocurrencias son bárbaras, siempre está revoloteando de un lado para otro, solo que en algunas ocasiones se le acaba la pila.

Jimin volvió a reír cuando este se cruzó de brazos.

—Quiero disculparme contigo. Durante todo este tiempo, jamás me detuve a pensar en lo que tú querías haber.—habló tomando la mano del menor.—Fui egoísta, yo estuve tan enfocado en mi libertad que no me detuve a pensar en ti y naturalmente querías lo mismo que yo, pero con la diferencia de que estuviste conmigo siempre que lo necesité.—confesó presionando su agarre.—Cuando leyeron el testamento pensé mi libertad, pero también en la tuya. Si es que Yoongi no te hubiese comprado, estarías dentro de ese lugar aún y se me partiría el alma.

—Me pregunto de cuál alma hablas.—bromeó el contrario secándose una lágrima.—Ella se fue con el psicópata y no volverá hasta que vayas por ella.

Jimin agachó la cabeza, avergonzado.

—Sé que soy libre, pero creo que me costará mucho tiempo acostumbrarme. Lo primero que haré, será buscar un lugar donde vivir.

—¿Estás bromeando? La casa de mi marido es muy grande, me siento tan solo cuando no hay nadie que le he pedido a las señoras de limpieza que vengan a vivir con nosotros, pero no quieren hacerlo.—confesó frustrado.—Esta es una magnífica oportunidad para mí. Vivirás con nosotros, no te sentirás incómodo porque tu habitación estará en el primer piso y la nuestra es en el segundo, al final de un pasillo largo porque le gusta el ventanal enorme de ese espacio.—alzaba las manos intentando hacer una especie de mapa en el aire.—En realidad, yo quería dormir en otra habitación. Ya sabes, conocernos, pero armó un drama sobre las parejas que duermen separadas y el divorcio. En fin, te quedas con nosotros.

No insistiría más, seguramente solo perdería el tiempo.

Descubrir todo lo que podía hacer siendo un ciudadano libre, era una experiencia extraordinaria.

Si bien, había convivido con los demás, hacerlo sin tener en mente que llevaba un collar invisible atado al cuello, era completamente diferente, poder decir que tenía derechos y sobre todo, tenía la autonomía de decidir.

El clima no mejoró durante el tiempo que había transcurrido y eso era común, los inviernos se prolongaban, el frío calaba por los huesos.

Acostumbró a dar paseos por las mañanas o pasar por el parque exclusivo que se situaba cerca a la casa de Min Yoongi. Un pequeño, pero precioso lugar donde las personas podían recordar un poco de lo que algún día fue un planeta verde.

Se sentaba en una banca de color gris y veía a la gente pasar de vez en cuando, algunos haciendo deporte y otros solo disfrutando de su comodidad.

Los días seguían pasando acelerados y la noticia de su liberación seguía siendo un secreto a voces. Muchos decían que había sido liberado por salud y otros, que solamente se encontraba muy enfermo, con la esperanza de volver a verlo.

Efectivamente, el burdel se llenó de muchos curiosos, pero también varios clientes potenciales decidieron dejar de asistir y eso estaba matando la cordura de JoonSuk.

Que tu cama sea mi hogarDonde viven las historias. Descúbrelo ahora