Que tu cama sea mi hogar

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El boleto a Daegu se perdió, despertaron en la tarde y fueron a comer algo olvidando todo a su alrededor. Jimin recogió sus maletas del hotel donde se quedaba porque la reservación era hasta ese mismo día en la noche.

Hoseok ofreció su casa para que se quedara el tiempo que desee y este aceptó por lo menos hasta pensar en que harían de ahí en adelante.

—¿Quieres seguir viajando?—preguntó Jungkook en la oscuridad de su habitación, recostado junto al castaño.—Puedes hacerlo, yo esperaré el tiempo necesario a que regreses.

—¿No podemos hacerlo juntos? Por lo menos un viaje de unos cuantos días.—pidió y Jungkook tomó su mejilla y besó sus labios con delicadeza.

—Claro que podemos, pero necesito terminar mis pendientes. Déjame terminar con los pedidos que tengo y podremos ir a donde quieras.—afirmó besando su frente.—Aunque creo que debemos hablar sobre lo que haremos de aquí en adelante.

Y llegó la pregunta del millón. Algo que los dos habían estado pensando sin tener una solución.

—Volveré a Seúl, puedo pedirle trabajo a Yoongi en su fábrica hasta que pueda montar la carpintería allá.—Eso no sonaba nada alentador para Jimin.

—¿Podemos no volver a Seúl? Por lo menos para vivir, yo quiero alejarme de todo lo que me recuerde lo que viví, extrañaré a Taehyung, pero podríamos visitarlo y así ves a Nam y Yoongi también.—pidió aferrándose al pecho del menor.—No quiero que dejes todo por mí, has comenzado de nuevo y me gusta la ubicación de la carpintería frente al parque. En Seúl el precio de las propiedades en el distrito B1 es más elevado, es mejor aquí, quiero vivir en este lugar.

Jungkook sonrió enternecido por el comportamiento de Jimin.

—¿Por qué mi amor es tan lindo y dulce conmigo? Recuerdo la vez que llegué tarde y pensaste que había estado con alguien más, fue aterrador.—La carcajada de Jimin no se hizo esperar.

—¿Te asusté?—preguntó—Qué bueno, una advertencia que no debes olvidar, pero cambiando de tema, sigue llamándome "mi amor".—ordenó.

Jimin se sentía como en el final de una película romántica, donde los personajes finalmente son felices y era feliz, aunque hubiera muchas cosas que acordar todavía.

—Creo que tendremos que mudarnos.—sugirió Jungkook.—No podemos vivir en casa de Hoseok toda nuestra vida, una pareja necesita su espacio.—sentenció acariciando el cuello del castaño.—Creo que habrá que molestar a los vecinos y construir un par de pisos sobre la carpintería.

—¿Eres dueño de la propiedad?—preguntó el castaño sorprendido y Jungkook asintió.—¡Perfecto!—exclamó emocionado saltando de la cama.—Planearé como quiero que sea nuestra casa, invertiré el dinero que tengo en hacerla realidad. Será muy linda, lo prometo, contrataremos a un profesional que la diseñe. ¿Si?—suplicó y el menor volvió a asentir.

—¿Eres feliz?

—Ayer sentí que no tenía un camino, solo deseaba viajar buscando mi lugar y ahora estoy pensando en cómo será nuestra casa y en cuanto quiero que esté lista. No hay manera de que no sea feliz.

Jimin recibió la llamada de su amigo esa noche, quien se sorprendió al escuchar que no estaba en el tren de ida a Daegu, sino en la habitación de Jungkook.

—Te dije que debías ir con él, estoy feliz ahora que sé que están juntos. Seguramente Yoongi también se alegrará de la noticia, aún no llega a casa, son las nueve y media. Estoy convencido de que me engaña con alguien de su trabajo.