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—¿Hola, señora Kim?—preguntó Jungkook notando el nombre del contacto de la mujer en la pantalla.—¿Qué es lo que desea?

—Deseo que cumplas tu promesa, hasta hace poco pensé que tal vez era por un tema de herencia familiar y recuerdos preciados, pero después de lo que me enteré, déjame decirte que no vale la pena.

El menor estaba intrigado, no entendía nada de lo que decía.

—¿A qué se refiere?

—Jin decidió callar, pero me parece injusto para ti que no lo sepas. Ese chico con el que has estado encontrándote, el prostituto le pidió dinero para dejar de verte, dijo que su servicio costaba mucho y si quería que se fuera, debía pagarle todo lo que le debías por estar contigo. Jin está viendo la manera de pagarle para que te deje en paz, no es posible que te metas con personas tan poca cosa teniendo a mi hijo esperando por tu respuesta.

Jin le contó con detalles que el rubio no había aceptado recibir dinero, pero distorsionar la realidad era algo que la señora Kim sabía hacer a la perfección.

Su hijo la odiaría por esto, pero ella no podía seguir esperando.

—No sé de qué me habla, creo que está delirando.—Intentó colgar la llamada, pero ella volvió a hablar.

—Dime ¿está contigo? Supongo que no porque Jin ya le ha pagado una parte de la deuda, por lo menos debes devolvernos el favor cumpliendo con el trato. Espero tu llamada, corrige tu camino, ese tipo de gente no tiene valor, están llenos de enfermedades y son usados a diario, es asqueroso.

No soportó escuchar más y cortó la comunicación cayendo al sofá que se encontraba atrás de él.

Dime, ¿está contigo?

La pregunta de esa mujer se repetía en su cabeza, Jimin había comenzado a alejarse y casi no respondía sus mensajes, pero no sería posible que fuera de esa manera o ¿si?

Está bien, era necesario que volviera al burdel, pero no que se olvide de su existencia.

En su mente se cruzaban muchas hipótesis que le hacían dudar.

En primer lugar, ¿Por qué cobrar por un servicio que desde un inicio sabía que no sería remunerado? Después de todo sabía que Jungkook no podía pagarle y desde la primera vez que lo hicieron, fue decisión de Jimin avanzar.

¿Cobrarle a un hombre que no tenía nada que ver con él?

La boda.

Existía una posibilidad de que Jin le hubiese comentado de la boda y en venganza Jimin le haya cobrado, pero ¿Por qué no decírselo directamente?

Aunque también había una última posibilidad y era que todo fuese solo una estúpida artimaña, pero no explicaba la razón por la que simplemente parecía estar borrándolo de su vida.

—Quiero dormir.

¿A eso se refería cuando preguntó sobre su vida a largo plazo?

Decidió ir a dormir porque su cabeza no soportaría un problema más, pero eso no sería suficiente para derrumbarlo hasta lanzar todo al vacío, había alguien más y llamaría dos días después.

Justo después de decidir confiarle su vida a Jimin nuevamente.

—¿Hablo con Jungkook?—preguntó una mujer mayor tras el teléfono. En la pantalla figuraba un número desconocido, pero aun así decidió contestar.

—Soy yo, ¿Con quién hablo?—preguntó seriamente.

—MiYoo, la maestra de Jimin y la dueña del burdel donde trabaja.

Los vellos de su cuerpo se erizaron pensando en que algo le había sucedido al, entonces, pelirosa.

—¿Le sucedió algo? ¿Está bien?— preguntó rápidamente y ella rio tras el teléfono.

—Está en perfectas condiciones, me parece que Jimin te ha dejado completamente cautivado, no me sorprende.

—Si me habla para buscar a algún culpable, yo puedo asumir todo. No le haga daño, él solo se refugió en mi hogar y yo me aproveché de la situación.—Su voz suplicante hizo que la mujer se sintiera incómoda.

—Sé como sucedieron las cosas, Jungkook. Mi preciado Jimin aceptó por cuenta propia estar contigo la primera vez, pero ¿No crees que has sido codicioso?—preguntó dejando atónito al pelinegro.

—¿Disculpe?

—No quiero que esto te cueste demasiado, pero Jimin está a un nivel al que jamás llegarás. Así que, te pido que te alejes de él, suficiente tienes con haber disfrutado su cuerpo completamente gratis durante todo este tiempo. Aunque tiene sus maneras de cobrarse todo, estoy segura de que al final terminarás pagando hasta el último centavo que le debes, de todas formas, espero que sepas que mi querido Park Jimin no se enamora de personas como tú. Lo ha hecho más de una vez, no creas que eres especial. Solo quería jugar, ya se aburrió, no te quiere.

La llamada finalizó sin obtener más información que lo que la maestra le dijo.

¿Él había tenido ese tipo de relación con alguien más?

Jimin entre sábanas confesó que jamás cruzó la frontera hasta el día en que se conocieron.

¿Eso era mentira?

Con muchas preguntas y sin una sola respuesta, intentó comunicarse con él, pero no respondió, la furia comenzó a empañarle la vista. No podía ser cierto que Jimin fuese tan cínico.

No ganaría nada mintiendo.

—Maldita sea, Jimin. Responde y dime que no es cierto.

Durante la semana siguiente se dio cuenta de que la casa y el taller serían los eternos recuerdos de algún día él estuvo ahí, siendo feliz o fingiendo serlo.

Los Kim deseaban vender las propiedades, él lo haría, pero no les daría un solo centavo.

Su teléfono volvió a sonar, pero esta vez supo de quién se trataba.

—¡Hey, Jungkook!—saludó el mayor.

—Hola Yoon.—respondió sin muchos ánimos.

—Llamo para comprobar que estás deprimido por Jimin, Nam me lo dijo, he decidido salvar tu vida en decadencia.—bromeó tan animado como siempre.

—¿Qué tienes en mente ahora?

—¿No quieres ser mi primo? Hace años que quiero ir al Gold, pero no sé con quién y, ya que tú tienes un motivo, te invito. Yo pago, tú solo debes entrar en el único traje de tu talla que tengo.

—¿Hablas en serio?—preguntó incrédulo.

—Sí, gasta el agua que te quede en restregarte todo el cuerpo. Debes parecer una persona del otro lado, te veo mañana en el bar para explicarte todo.

Al parecer todos habían tomado la costumbre de colgarle antes de que pudiese responder.

Que tu cama sea mi hogarDonde viven las historias. Descúbrelo ahora