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—Entonces, estás llorando porque no vas a volver a verlo y todo por un loquito que quiere sacarlo de pobre amarrando su dedo anular.—comentó Taehyung acariciando el cabello del pelirosa quien estaba acostado en su regazo.

—No lo digas así, él tiene razón. Yo nunca debí aprovecharme de la amabilidad de Jungkook, soy un cerdo insensible y no quiero ser así, yo no soy así, duele aquí.—señaló a su nuca y el contrario lo cuestionó con la mirada.—El corazón no es el que siente, te lo he enseñado miles de veces.

Taehyung golpeó su frente y este se quejó de inmediato.

—No seas idiota, los cerdos son muy sensibles y tú estás enamorado de un pobre indigente que recogiste en un bar y luego te acogió en su pequeño refugio que extrañamente cuenta con servicios básicos, pero es buena persona.—El clasismo de su amigo le hacía pensar que en su vida pasada fue alguien que se limpiaba el trasero con billetes.—Es un santo o tiene un pene muy grande, una de esas opciones es la correcta.

En otra ocasión hubiese intentado ahorcarlo, pero el recordar la marca de sangre en su rostro le causó escalofríos y se abrazó al cuerpo del castaño.

—No es un santo, en realidad he llegado a temerle un poco.

Como era de esperarse, el contrario lo atacó con miles de preguntas.

—¿Prometes ser una tumba?—Su amigo asintió.—Creo que él tuvo que ver en la muerte de Gunwoo.—La expresión de Taehyung cambió tan repentinamente que se apresuró a respaldar su teoría.—Él se vio especialmente afectado cuando le conté lo sucedido y si, ya sé que se supone que no le dijera, pero alguien no me dijo que aún se veían algunas marcas en mi espalda.—El contrario desvió la mirada.—En fin, durante el tiempo que estuve ahí, los primeros días salió y en una ocasión demoró demasiado al punto en el que pensé en salir a buscarlo y cuando volvió se veía diferente, su mirada no era la misma y tenía una marca de sangre aquí.—comentó mostrando el lugar en su propio rostro.—Parecía que había intentado limpiarlo, pero el cabello quizás ocultó esa mancha. Además, estoy seguro de que había un fuerte olor metálico en cuanto lo abracé.—explicó.

—Puede que se dedique a ser sicario.

—La única persona que sabía todo lo que me hizo era Jungkook y no quiero recordarte lo que dijiste sobre como fue torturado antes de morir. Ni siquiera nuestros compañeros pudieron acercarse a mí para observar la magnitud del ataque. Por otro lado, a la maestra o a JoonSuk no les conviene que esto se sepa.

—Creo que estás siendo paranoico.—No lo pensaba, tenía sentido, pero Jimin se alejaría de él, de modo que no representaría una amenaza para su amigo.—Es mejor que lo hagas, no vuelvas a ir y olvídate de todo, seguramente se casará con ese loco y serán tal para cual.—Se levantó dejando al pelirosa confundido.

Su teléfono sonó un par de veces durante la semana después de irse de casa de Jungkook, se mantenían en comunicación, pero eran mucho más frecuentes los mensajes que las llamadas y la mayoría de ellos eran para recordarse que querían volver a verse o solo conversar sobre como habían pasado el día.

En una ocasión hizo una pregunta que pensó que sería ignorada por el tiempo que demoró en responder, pero en cuanto obtuvo lo que deseaba, prefirió no haberlo hecho, aun así volvió a cometer un error.

¿Has pensado en tu vida a largo plazo?

No, creo que solo estaré en el mismo lugar cuando sea viejo.

¿No piensas casarte y formar una familia?

Deberíamos cambiar de tema.

Gracias a su curiosidad no recibió mensajes del pelinegro por dos largos días en los que fingió estar enfermo, nadie le dijo que amar a alguien traía consigo incertidumbre, problemas para dormir, ganas de llorar, felicidad repentina y sobre todo mucha frustración.

—Te ves horrible.—soltó JoonSuk al verlo en la puerta de su oficina después de llamarlo para buscar una explicación por su comportamiento.

—Gracias, seguramente te he impactado con mi belleza.—comentó con sarcasmo sentándose en el sofá de una sola persona que se encontraba en una esquina a la derecha de la habitación.

—¿Qué te sucede? Se supone que fuiste a casa del tipo con el que siempre escapas, para no deprimirte y mírate, no ha funcionado una mierda.—señaló observando que no se había bañado en por lo menos cinco días.—Te vas a pudrir así, ve a bañarte y ponte mascarillas o algo en esas ojeras. Definitivamente, no vas a trabajar en ese estado, duerme un poco y antes de hacerlo, ve a comer o juro que el sótano será un lugar perfecto para tus dramas.—terminó levantándose de su escritorio.

—¡¿Acaso a todo el mundo solo le importa las apariencias?!—gritó Jimin, cansado.

—Adivina en donde vives, idiota.—regañó el mayor.—Ahora ve a asearte y deja de causarme problemas, mi tía realmente se encuentra mal y no tengo tiempo para tus estupideces.

Jimin esbozó una media sonrisa.

—Te estás esforzando mucho por esa herencia, muy bien.—comentó logrando molestar al contrario

—¡Sal de mi vista o no respondo!—gritó enfurecido y el pelirosa se levantó con tranquilidad de su asiento para luego caminar hacia la puerta.

—No hay un solo centímetro de mi cuerpo que te tema, deja de ser ridículo y ve a lamerle el culo a la maestra, seguro, y te deja todo su dinero.—terminó su discursó y cruzó el marco de la puerta antes de que un libro cayera en su dirección.—Ni puntería tienes, inepto.

—¡Solo espera a que sea tu jodido dueño, te venderé al primero que lo pida!—exclamó antes de que el contrario cerrara la puerta con el taco de su zapato.

Sabía que su actitud le costaría algún castigo luego, pero nada le dolía tanto como saber que Jungkook estaba ignorándolo porque después de superar los dos días que se olvidó de su existencia, volvieron a hablar con normalidad, aunque mucho menos a menudo, por no decir, una vez al día recibía un mensaje. Hablar sobre él con su amigo ya no era una opción, él había dicho que no deberían seguir en contacto, pero no podía decirle que había prometido volver, aunque sabía que tal vez no pasaría.

La seguridad en la casa Gold se redobló después del crimen y las torturas que ocasionó Gunwoo. Aun si pudiese salir con facilidad, no era prudente visitarlo, solo lo confundiría más y la constante de ser el culpable de que Jungkook pasara toda su vida en soledad, estaba carcomiendo su interior.

Los sentimientos encontrados estaban causándole un huracán en el estómago, querer su atención y que se olvide de su existencia al mismo tiempo, era una labor titánica. Solo deseaba dormir y despertar sin recordar nada de lo que le preocupaba.

Que tu cama sea mi hogarDonde viven las historias. Descúbrelo ahora