Gris

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Este capítulo tiene contenido 🔞 ligero, leer bajo su propia responsabilidad.



La enorme ciudad de Seúl les dio la bienvenida al terminar su viaje en tren, salieron de la estación con dos maletas en las que cada uno colocó lo que usaría durante los días que se quedaran ahí.

Tomaron un taxi en dirección al bar de NamJoon antes de llegar a su destino. El invierno llegó nuevamente y como de costumbre, durante el camino, Jungkook colocó un gorro, un par de guantes y una bufanda a su esposo tratando de evitarle el dolor de ser golpeado por el frío.

—¿El saco que llevas es lo suficientemente abrigado? ¿Quieres el mío?—preguntó notando que el, ahora, peligris, se acurrucaba a su lado.

—Es abrigador, solo quiero estar cerca de ti, el calor humano es mejor que cualquier cosa.

El menor lo ayudó acomodarse en su pecho mientras rodeaba sus hombros con su brazo derecho.

Al llegar, nuevamente revisó antes de bajar que el mayor se encontrara lo más abrigado posible.

El bar estaba abierto, lucia exactamente igual que cinco años atrás, nada había cambiado, pero en la apariencia de su amigo, seguramente habría algunos cambios.

NamJoon tenía el cabello un poco más largo, se veía también que se había dedicado más al ejercicio físico y tenía un poco más de felicidad adherida al rostro.

—¡Llegaron!—exclamó al verles cruzar por la puerta, salió rápidamente dejando colgado a un cliente que estuvo a un par de segundos de obtener su bebida.

Jungkook soltó la mano de su esposo y abrió los brazos para abrazar a su amigo, luego de unos segundos, NamJoon saludó a Jimin y rio divertido al verlo arropado como bebé.

—¿Hace tanto frío?—preguntó y Jimin negó sacudiendo la cabeza de un lado a otro.

—Jimin es sensible a bajas temperaturas, ahora mismo está en un tratamiento para mejorar su sistema inmune, por lo que es importante evitar que cualquier virus le pueda hacer daño.

—Vaya, es un esposo entregado.—comentó NamJoon observando al chico de hebras grises.

—Lo es.—respondió rápidamente.—Tiene un botiquín en el bolso.—dijo, señalando a su pareja.—He estado teniendo deficiencia de plaquetas y creo que eso lo asustó en demasía.

NamJoon asintió.

Se dirigieron a la barra sentándose en los mismos lugares de la primera vez.

—Te veo más animado, supongo que te ha ido bien, por fuera es igual, pero por dentro la vista ha mejorado muchísimo.—comentó Jungkook observando a su amigo atender a un cliente.

—Bueno, el bar era de mi tío, pero hace un año murió, no te hablé de esto porque pensé que era poco relevante, pero me dejó el bar y ahora es completamente mío.

—¡Vaya, fue una bendición que muriera!—exclamó Jimin emocionado por la noticia.

—Jimin, eso es cruel.—regañó el menor de los tres.

—No, realmente lo fue. Ya quería morir, dijo que había vivido mucho y gracias a él, pude estar a la altura del imbécil que venía cada dos días a quejarse de su vida y de la molestia de quedarse en casa de sus padres aún siendo mayor.—levantó la mano mostrando un anillo en su dedo anular.—Antes de que me asesinen por no invitarlos, no hubo celebración, solo hicimos algo simbólico para nosotros dos y ahora vive conmigo.—comentó señalando hacia arriba.—Aunque, tiene un horario de sueño un tanto raro, dice que si no duerme desde las 9 o 10 p.m., se arruga y he tenido que adecuar nuestra habitación con aislante de sonido o me destruiría los parlantes para evitar que reproduzca música en el bar, cada noche.

Que tu cama sea mi hogarDonde viven las historias. Descúbrelo ahora