Absurda.

Afinidad.

Cuando la otra persona termina tus frases... Cuando no ha hecho nada y ya sabes qué hará... Cuando sientes que puedes decir cualquier cosa, porque te escuchará, atentamente, sin juzgarte...

Quizá sea arriesgado hablar de amor, y quizá sea aún más arriesgado dejar todo a un lado por ese sentimiento. Pero cuando encuentras a alguien que te hace sentir cómoda, correcta, satisfecha, sin dudas, sin penas... ¿Qué podría estar mejor?

No es culpa de nadie, que quede claro, que el amor se marchite y que el fuego se apague. Pero la afinidad gana terreno cada vez que las risas suenan al unísono, que los silencios no son incómodos, que las palabras no son forzadas.

Ir despacio, con calma, porque siempre es bueno esperar; pero tu alma siente que podrías ir a millón, porque la otra alma te seguiría.

Poder escuchar música juntos, cualquier canción; poder ver una película, compartir gustos y disgustos, discutir temas... Que sea algo más que la parte física y romántica. Que sea algo intelectual. Que la afinidad sea completa.

Que sea inexplicable, instantáneo. Que salga de la nada. Que te provoque una sonrisa. Que sea complicado y simple, que no sepas qué pensar, pero que sepas qué decir, qué actuar, porque no hay miedo a equivocarse, no cuando hay afinidad, no cuando hay empatía, no cuando va más allá de entregar cariño, porque entregas tu ser, lo expones, y realmente no sabes si está bien, pero no quieres detenerte, no quieres que se detenga...

Que puedan hablar horas, que nada sea aburrido, que las palabras salgan solas y los ojos se busquen ellos mismos. Que un solo toque sea electrizante, que un apretón de manos sea un apoyo. Que sean amigos, que sean más...

Que comprendas el significado de encajar, por fin, con alguien. Que no le busques defectos, que no cuestiones nada, que te dejes llevar.

Que entiendas qué es afinidad, y que hay una probabilidad de que quede sólo en eso, pero que lo disfrutes igual, sin miedo, porque la afinidad no se desperdicia, no se da la vuelta y se deja a esa persona allí...
Que la afinidad sea profunda, palpable, sincera, que fluya sola, que todo sea armonioso... Que la afinidad sea correcta, y entonces lo que venga después será correcto también.