Sientes las emociones caer huecas dentro de tu alma, resonando por todo tu cuerpo, alargando el sentimiento de vacío que sabes que está ahí.
No te importan las razones, no te importa que el mundo te diga que está bien, que tomaste una buena decisión, que la vida sigue, porque para ti el sol estará más opaco en la mañana y las ojeras se notarán más y más. Ya no querrás comer, ni dormir, ni hablar. Perderás interés en todo. Comenzarás a preguntarte cosas sin sentido. Te verás patético y querrás golpearte fuerte.
¿En qué me estoy convirtiendo?Así se siente perder a alguien, intentas tan fuerte sujetarlos contra tu pecho pero sabes que no puedes.
No está funcionando.
Te dices que te tomará unos días, quizá unas semanas, y que eventualmente estarás bien, pero lo dudas, porque el vacío es tan inmenso que te hace pensar si no perdiste algo más que una simple persona.Y es peor si esa persona continúa en tu vida, es como un recordatorio de todo lo que tenias pero que ya no lo tienes, una alarma constante de todo lo que hiciste mal, lo que hicieron mal.
No es el fin del mundo. El sol no estará más opaco y definitivamente podrás continuar.
Pero te costará mucho respirar por momentos y llorarás hasta quedarte dormido.
Ese es el precio que te toca pagar por amar demasiado...
ESTÁS LEYENDO
Absurda.
RandomCada loco con su tema. El problema es que tengo demasiados. Ilustraciones de Sara Herranz.