Absurda.

People walking.

A todos les gusta pretender ser algo que no son. Y quien diga que no es así, está mintiendo.
Existe un morbo extraño en ser otra persona, en creer que somos capaces de hacer cosas, o que no somos capaces de hacer nada.
Personalmente me gusta ver a la gente pretender, es divertido cómo a veces se contradicen, por tantas capas que tienen. Yo misma caigo en mi propia trampa algunas veces y me vuelvo una contradicción.

Siento que, igual que yo, muchos andan por ahí estudiando a las personas y eso me hace sentirme estudiada hasta la médula. Ya no es simplemente gente caminando, sino gente maquinando una vida a base de mentiras que los ayuda a sentirse mejor o peor, porque, hay que decirlo, a algunos les encanta sentirse peor. (Incluso a mí me gusta martirizarme de vez en cuando).

Lo cierto es que todas esas capas son resultado de cosas que hemos vivido, eso es la vida: una sumatoria de momentos, incluyendo aquellos con valor negativo, y que no deben ser menospreciados, sino entendidos y transformados en algo útil.
Otra cosa: los momentos son nuestros, y específicamente no son personas.

Si alguien se va, déjalo ir.
Si alguien te hiere, no es tu culpa.

Debemos dejar de culparnos por todo. Debo dejar de culparme por todo. Realmente eso no trae nada productivo a mi, porque ni siquiera aprendo algo de ello.

Las personas, todos nosotros, somos dependientes de lo que sentimos, esas cosas que surgen de la nada gobiernan nuestras acciones, por mucho que nos rehusemos, así que hay que mirar a la gente que camina junto a nosotros como personas que no son capaces de decidir qué sienten, de la misma forma en que no lo somos nosotros. Sólo así podremos comprender muchas de las cosas que nos suceden.

Claro, existe gente mala que hiere a propósito, que utiliza, que miente, que finge. Y también están los que creen que actúan correctamente escondiendo sus sentimientos "para no herir al otro".
Error.
Decir las cosas es la clave de vivir. Hacer lo que queremos nos hace más felices.

¿Quieres hablar con él/ella? Hazlo.
¿Lo/la quieres? Díselo.
¿No te quiere devuelta? Está bien. Recuerda que el cariño, al igual que el amor, debe entregarse sin reservas.
¿Quieres ser detallista? So be it.
¿Quieres mandar a la mierda todo? Do it gently y no hieras a nadie en la medida de lo posible.

Es muy complicado ser egoístas (en el buen sentido, porque hacer lo que queremos no está mal) sin dañar a otros.
Pero en la medida en que comprendamos por qué la gente se comporta de cierta forma, será mucho más fácil comprender el egoísmo positivo de los demás.
Y así seremos personas que caminan felices, sin dolor, con la frente en alto y dispuestas siempre a explorar cosas nuevas.