003 - Nueva gente

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Efectivamente, el local donde paramos estaba cerca del set de grabación. Era un pub donde daban de cenar pero también se podía tomar algo. Al final conseguimos llegar puntuales, tanto fue así que fuimos los primeros en aparecer. Aún no había llegado nadie de los demás.

— ¿Te parece si entramos y nos vamos sentando? —comentó Joseph mientras abría la puerta del local—.  Si esperamos aquí fuera nos vamos a helar.

— Sí, sí, mejor. Yo ya empiezo a tener las manos frías.

Soplé mis manos para calentarlas y él rio ante ese gesto. Con un gesto amable, me hizo una seña para que entrara al local delante de él. En cuanto nos adentramos, Joseph se acercó a uno de los camareros.

— Buenas noches. Teníamos una reserva a nombre de Tom Weston, para cinco personas —carraspeó.

— De acuerdo, déjenme ver —el camarero miró la lista de reservas—. Correcto. Síganme por favor.

El camarero nos guio a través del local. Era un recinto bastante grande, de dos pisos. Todo el mobiliario era de madera con las típicas baldosas en forma de rombo blancas y negras. La decoración la verdad es que parecía bastante retro, tipo años cincuenta pero era francamente acogedor. Y lo más importante: se estaba calentito. Porque Joseph tenía razón, hacía un frío del demonio en aquella época en Londres y encima yo estaba acostumbrada al calorcito de Mallorca.

Nuestra mesa estaba en el segundo piso, en un rinconcito muy mono y bastante apartado. Mucho mejor para mí, en los restaurantes y/o bares no me gustaba estar en las mesas del centro del local porque eso implicaba que constantemente la gente iba y venia y pasaba cerca, y eso me ponía nerviosa.

— ¿Desean algo para tomar mientras llegan los demás? —preguntó amablemente el camarero.

— Yo una pinta, por favor —espetó Joseph.

— Yo tomaré lo mismo, gracias —sonreí

Aunque estaba bastante inquieta, intenté comportarme de manera calmada con Joseph para que no notara mi nerviosismo. Pero solo de pensar que tenía que sentarme con tres personas más completamente desconocidas, además de él, hizo que empezara a temblarme una pierna y comencé a mirar por todo nerviosamente.

— ¿Te encuentras bien? —me preguntó con cara de preocupación. Mierda, probablemente se había dado cuenta de mi nerviosismo.

— Eh, si... —pasé un  mechón detrás de mi oreja tímidamente—. Tranquilo estoy bien, solo que siempre he sido una chica tímida a la que le cuesta socializar y estoy un poco nerviosa. Pero todo bien —contesté haciendo una media sonrisa.

— Te entiendo —me miró a los ojos  mientras reía—. Yo también soy tímido así que sé como te sientes. Pero ya verás, nuestros compañeros y yo no somos tan malos —me guiñó el ojo—. Seguro que enseguida al conocernos un poco mejor te relajarás y te acabaremos cayendo bien.

— Eso no lo pongo en duda —comenté un poco más tranquila después de escuchar sus palabras.

El camarero nos trajo nuestras pintas y empezaron a llegar los demás compañeros al pub. A medida que fueron llegaron se presentaron.

— Buenas noches chicos. Hola Dalia, yo soy Tom —dijo estrechándome la mano y sonriendo un chico de unos 26 años. De pelo moreno liso y ojos azul claro—. Encantado de conocerte.

— ¡Hola Dalia! Yo soy Phoebe, encantada —dijo efusivamente una chica pelirroja de unos 20 años

— Bienvenida Dalia, un gusto conocerte. Yo soy Tuppence —me sonrió una chica de tez blanca y pelo negro de unos 25 años. 

Dos veces amada | Parte I Donde viven las historias. Descúbrelo ahora