053 - El sol, el mar y tú - Parte 2

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⚠️ ESTE CAPÍTULO TIENE CONTENIDO EXPLÍCITO +18, LEER BAJO VUESTRA PROPIA RESPONSABILIDAD  ⚠️

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Narra Dalia:

Me quedé totalmente perdida en sus ojos azules. Aún no me podía creer que de nuevo que estuvieran mirando. No podía creer que Dacre estuviera aquí, conmigo. Y diciéndome que me amaba, sentía que el corazón me iba a estallar de felicidad.

¿Sería la mujer más afortunada del mundo? Seguro que sí.

— ¿Porqué no me has dicho que venías? —pregunté mientras otra lágrima de emoción recorría mi mejilla—. Ahora por tu culpa no puedo parar de llorar —aparté mis manos de su cuello para secarme las lágrimas.

— Porqué sino no sería una sorpresa, linda —sonrió y volvió a rodear mi cintura con sus brazos—. Al menos espero que sean lágrimas de felicidad —subió una de sus manos hasta mi mejilla para acariciarla con el dedo pulgar.

— Creo que ahora mismo no hay mujer más feliz en la faz de la tierra que yo —sonreí dulcemente y le robé un fugaz beso de sus tiernos labios—. No sé como agradecerte la visita, las flores, la cena, todo... —me dolía el pecho de tanta felicidad—. Eres tan pero tan dulce y atento.

— Yo también estoy muy feliz —sonrió para después dejar un tierno beso en la punta de mi nariz—. Y estás preciosa, por cierto, el moreno te sienta muy bien. ¿Qué te parece si por lo pronto cenamos y después ya veremos como me lo agradeces? —arqueó una ceja.

— ¿Me está usted haciendo una proposición indecente, señor Montgomery? —le miré burlona.

— ¿Yo? Para nada —se le escapó una leve sonrisa pícara.

Ambos nos sentamos a la mesa para cenar bajo las estrellas; era realmente romántico, parecía sacado de una película. Dacre nos sirvió un poco de vino a los dos y comenzamos a cenar mientras charlábamos.

— Imagino que Sara y Julia tienen algo que ver con la sorpresa, ¿me equivoco? —interrogué en tono divertido mientras continuábamos comiendo.

— Efectivamente. De hecho, son unas buenísimas actrices —rio—. Cuando hicimos la videollamada el día de la Comic Con, en realidad ya hacía un par de días que estábamos organizándolo todo.

— Pues no me enteré de nada. Tendrás razón en que son buenas actrices —me carcajeé.

— Por lo que a mi respecta, sí —jugó divertido con la poca comida que le quedaba en el plato—. Pero creo que la reacción que tuvieron al ver a Joe fue bastante genuina —intentó aguantar la risa.

— Eso seguro que sí. Sara desde el primer momento en que lo vio en la serie se enamoró de él. Y además iba bastante bebida, tendría que haberlo visto venir —una gran carcajada se escapó de entre mis labios—. Aunque bueno, parece que ahora le ha salido competencia contigo —terminé mi plato y le miré fijamente apoyando la cabeza entre mis manos—. Pudimos oír perfectamente el griterío de las chicas cuando te entrevistaron —alcé una ceja—. Aún tendré que ponerme celosa —bromeé.

— Es cierto que desde la Convención mi numero de seguidores en redes sociales, sobre todo mujeres, ha subido considerablemente —acercó su silla a la mía para mirarme fijamente a los ojos y acariciarme la mejilla—. Pero no tienes que estar celosa. Yo solo tengo ojos para ti, mi amor —sonrió con sinceridad.

— Yo también te quiero solo a ti —nos acercamos lentamente y nos fundimos en un tierno beso—. Por cierto... —me aclaré la garganta—. Como no sabía que vendrías, mañana en teoría tenían que venir mis padres y mi hermano a comer a casa. Después les avisaré que se cancela.

Dos veces amada | Parte I Donde viven las historias. Descúbrelo ahora