037 - Renunciar al amor

241 23 53
                                    

El equipo de fotografía y grabación tuvimos 3 días libres en lo que terminaban de dar los últimos retoques al vestuario y decidían el maquillaje para los actores principales en funcion de las primeras escenas que íbamos a rodar.

Así que a penas pudimos ver a Dacre y los demás, más que por los pasillos del hotel y teniendo poca cosa que contar ya que llegaban bastante cansados. A John le apenaba mucho no poder estar cerca de Joe. Estaba obsesionado con él y con su pelo, cada vez que lo veía se comportaba como una colegiala. Aunque no le culpaba, si seguía así, Joe acabará poniéndole una orden de alejamiento.

Durante estos tres días, John y yo aprovechamos para hacer algo de turismo, algunas compras así como poner al día y mandar fotos a nuestros seres queridos al otro lado del charco.

En un día de estos vi una joyería dónde había unos anillos de plata preciosos y decidí comprarle uno a Joseph para su cumpleaños. Era consciente de que quedaba mucho, pero como no sabía cuándo volvería a tener libre decidí comprárselo ya y se lo mandaría por correo, que a saber cuando le iba a llegar.

Yo, desde que volví a Mallorca, cogí la costumbre de ir correr cada mañana para despejar la mente y mantenerme un poco en forma. Ahora que estaba en Estados Unidos, aunque me daba más pereza porque sabía que nos esperarían largas jornadas de trabajo, intentaba no perder esta costumbre

Entonces, estos días libres también aproveché para seguir con esta rutina e intenté arrastrar a John conmigo. Pero le gustan más las sábanas de la cama que estar conmigo por las mañanas.

Llegó la noche antes del primer día oficial de rodaje. John y yo, durante la tarde, decidimos ir a tomar algo para relajarnos, bueno más bien para relajarme yo. Estaba bastante nerviosa, como siempre que empiezo un nuevo trabajo. Me tomé unas cervezas más de la cuenta pero sin llegar a emborracharme, no quería tener resaca; por lo que solo iba algo contentilla. Cuando nos dimos cuenta, ya eran las 8 de la noche así que regresamos al hotel.

Al llegar a nuestra planta, cuando casi estábamos llegando a nuestras habitaciones, escuché cómo alguien gritaba nuestro nombre.

— ¡John! ¡Dalia! —era Joe que se dirigía también a su habitación— ¿Listos para vuestro estreno mañana? —dijo cuando estaba delante de nosotros.

— Yo sí, pero Dalia creo que está algo más nerviosa. Se toma el trabajo demasiado a pecho y tiene miedo de no estar a la altura —le di un codazo a John— ¡Auch! ¿A qué viene eso? Sólo he dicho la verdad.

— Pero nadie tiene por qué saberlo —estaba algo desinhibida por el alcohol—. Ahora Joe se chivará y me quedaré sin trabajo, porque seguro que no quieren a gente que dude de como trabaja. Gracias John —le saqué la lengua.

— Haremos un trato —se rio Joe tomándome de las manos para tirar de mí y acercarme a él—. Si me sacas favorecido en las tomas de primer plano, no diré nada —me guiñó un ojo rodeando mi cintura con sus manos.

— Te recuerdo que eres Steve Harrington. Es imposible que no salgas favorecido, eres demasiado guapo y tienes un pelo precioso —balbuceé jugando con un par de mechones que le caían por la cara—. Me parece un trato fácil de cumplir, Keery —reí.

— Trato hecho pues, no diré nada —me dejó un beso en la mejilla y me soltó—. Buenas noches, linda —dirigió su mirada a John—. Buenas noches, y suerte para mañana —le sonrió y se marchó hacia su habitación.

John tenía un semblante serio mientras se dirigía a la puerta de su habitación mientras que yo también me encaminaba hacia la mía, con los pasos algo erráticos a causa del alcohol. Justo cuando abría la puerta e iba a meterme dentro de la estancia, vi como Dacre venía caminando muy rápido desde el fondo del pasillo hacia mi ubicación.

Dos veces amada | Parte I Donde viven las historias. Descúbrelo ahora