027 - Mini Vacaciones

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Las siguientes semanas fueron muy intensas en cuanto al rodaje de refiere. Querían dejar las de tomas de unos 10 capítulos grabadas para poder tomar un descanso en Navidad. Así que prácticamente solo descansábamos un día a la semana y no volvimos a pisar el hotel. 

Joseph y yo seguimos haciéndonos más cercanos, pero mantuvimos las distancias en cuanto volver a tener algo más íntimo, aunque tampoco lo hacíamos  adrede ya estábamos tan centrados en el trabajo que no volvimos a hablar del tema. Simplemente, en los pequeños ratos libres seguimos conociéndonos más y quedando con Tom, Phoebe y Tuppence.

Con mis compañeros de equipo también empecé a llevarme cada vez mejor. Natalie me seguía teniendo en alta estima y los técnicos más experimentados me seguían enseñando cosas. También se incorporó un chico nuevo en prácticas más o menos de mi edad llamado John que estudió la misma carrera que yo pero en Londres. Congeniamos bastante y también se empezó a juntar conmigo y los demás en los descansos.

Phoebe, por su parte, seguía insistiendo en que tenía que volver a hablar con Joseph puesto que ella creía que nos estábamos equivocando al poner esa barrera de amistad entre nosotros. Aunque entendía que yo pudiera tener miedo, Phoebe consideraba que aunque no fuera una relación para toda la vida, al menos debería aprovechar el poco tiempo que tenía para estar con él y me reñía porqué me escudaba el trabajo para no enfrentarme a mis sentimientos.

¿Tal vez debería hacerle caso?

Llegó día 23 de diciembre, el último día de rodaje hasta día 3 de enero, así que teníamos una semanita y un poco más para descansar y disfrutar de la Navidad. Estuve mirando billetes de Londres a Mallorca y de Mallorca a Londres pero estaban carísimos, así que me tuve que quedar sola en Inglaterra. Obviamente iba a hacer videollamadas con mis seres queridos, pero no era lo mismo.

El rodaje ese día terminó sobre las 4 PM y, una vez hubimos recogido todo, Phoebe y los demás decidimos ir a tomar algo para celebrar el inicio del descanso y el fin de los madrugones, aunque solo fuera eventualmente.

Después de mucho debatir, decidimos ir a un pub en el centro de Londres que tenían música en directo hasta las 2 de la madrugada.

Yo me arreglé más rápido que Phoebe, ella aún estaba pensando que ponerse. Me cansé de esperarla así que decidí salir a fuera a ver si alguien de los demás ya estaba listo, pero no había nadie. El catering aún no estaba desmontado, así que para hacer más amena la espera fui a hacerme un café. Mientras lo preparaba noté como alguien se puso detrás de mí pasando sus brazos por mi cintura y dejándome un beso en la mejilla.

— ¿Qué haces aquí tan sola? —me preguntó Joseph al oído sin dejar de abrazarme— ¿Dónde está Phoebe?

— Aún está decidiendo a ver que se pone esta noche —sonreí intentando disimular el escalofrío que me causó su cercanía y le miré por el rabillo del ojo—. Siempre quiere ir tan divina que se pasa tres horas delante del armario probándose 1000 modelos diferentes.

— Pero si solo vamos a un Pub... —me soltó y vi como rodaba los ojos con pereza.

— ¿Y Tom dónde está? —le pregunté girándome hacia él ya con el café en la mano.

— Pues está haciendo la maleta. Se va a casa de sus padres a pasar la navidad y necesita algunas mudas de las que tiene aquí.

— ¡Qué bien! Seguro que podrá desconectar —le miré alegre pero por dentro me dolía, ya que yo no tendría la misma suerte que Tom—. Por cierto, ¿quieres un café?

- Si por favor, supongo que no hace falta que te diga como me gustan —me guiñó el ojo.

— No, lo sé perfectamente —dibujé una gran sonrisa en mi cara ya que nos empezábamos a tener tanta confianza, que parecía que nos conocíamos de toda la vida. Le preparé el café y se lo di.

Dos veces amada | Parte I Donde viven las historias. Descúbrelo ahora