007 - Sesión fotográfica

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La verdad es que tenía unos compañeros estupendos. Me ayudaron en todo momento cuando necesitaba ayuda y también escucharon mis aportaciones a la hora de cómo quería hacer para tomar las fotografías a lo largo del día, tanto las grupales como las individuales. Se me hizo muy cómodo trabajar con ellos.

Durante la mañana hicimos las fotos más engorrosas, es decir, la grupales ya que eran muchos los actores que habían y teníamos que pensar bien como los colocábamos para que tuvieran un cierto sentido las fotografías con la trama que iba a seguir cada uno de los personajes.

Sobre la una del mediodía paramos para descansar y comer algo ya que habían sido tres horas de trabajo muy intenso. Me senté a comer con Tuppence, Phoebe, Tom y Joseph pues con ellos era con quien más confianza tenía y podían decirme como habían visto mi trabajo desde el otro lado.

Estaba realmente nerviosa, ahora que habíamos parado me han entrado todas las dudas y miedo de no estar a la altura y que me echasen. Al fin y al cabo era muy joven y era mi primer trabajo como tal.

— ¿Qué os ha parecido? ¿Creéis que he estado a la altura? ¿Creéis que los actores han estado a gusto? ¿Vosotros habéis estado a gusto? Espero que no me despidan —me empezó a temblar la pierna: me estaba dando un pequeño ataque de ansiedad.

— Tranquila, ¡has estado genial! —respondió Tuppence dándome la mano, la tenía sentada en frente.

— Sí, los actores hemos estado todos muy a gusto y tus compañeros de equipo parecían tener tu opinión bastante en cuenta —añadió Tom.

— Exacto, no te preocupes. Seguro que al final del día Natalie solo tendrá buenas palabras para ti —sonrió Phoebe.

— Relájate y descansa un poco mientras comemos. Va a ir todo genial —sonrió Joseph.

Él estaba sentado a mi lado y me puso su mano en la pierna para acariciarla y que dejara de temblar. Nuestras miradas se cruzaron, pero ambos la desviamos rápidamente. Sentí una especie de escalofrío al ver esos bonitos ojos castaños mirándome con esa ternura.

Seguimos charlando animadamente el resto de la comida, hasta las 3 de la tarde que ya teníamos que ponernos manos a la obra de nuevo.

Esta vez tocaban fotografías más individuales, servirían para separar cada subtrama de la serie. Volvimos a por los materiales necesarios y, para mi alivio, todos mis compañeros de equipo me dijeron que para ser tan joven y con tan poca experiencia me había desenvuelto muy bien durante todo el trabajo de la mañana. Todos me dieron la enhorabuena y yo no podía estar más contenta, irradiaba felicidad a raudales.

— Dalia, ¿Puedes venir un segundo por favor? Tengo que comentarte algo —Natalie me llamó.

Ya me volvían los nervios, al fin y al cabo ella era mi supervisora y ella era a quién le tenía que gustar mi trabajo. Sólo esperaba que opinara lo mismo que mis compañeros de profesión y esa llamada no fuera un toque de atención.

— Di...dime Natalie, ¿ocurre algo? —tenía la voz entrecortada— ¿He hecho algo mal?

— No, en absoluto, todo lo contrario —me tranquilizó oír esas palabras—. Para ir más ligeros tenemos que repartir el trabajo esta tarde. Entre lo que he visto yo y lo que me han comentado los compañeros con los que has trabajado, quiero que tú seas la encargada de hacer las fotografías de los personajes principales más jóvenes. Es decir, tú te encargarás de las fotografías de Tuppence, Tom y Joseph.

— ¡¿DE VERDAD?! —no pude contener mi emoción, por lo que Natalie se echó a reír.

— Jajaja. Sí, de verdad, confío en tí. Así que ahora coge las cosas que necesites y ves con Josh para que te ayude a hacer las fotografías.

Dos veces amada | Parte I Donde viven las historias. Descúbrelo ahora