18 de enero de 2016
Ya habían pasado dos semanas después de todo lo acontecido con Joseph. Me encontraba más tranquila y, a pesar de que aún me dolían sus palabras, intenté que no me afectaran a la hora de trabajar, que al fin y al cabo es para lo que había venido a Inglaterra.
Durante esas dos semanas había mantenido una relación cordial con él. Es decir, si estábamos todos hablaba sin problema con él igual que con los demás, al fin y al cabo no deja de ser mi amigo y eso no quiero cambiarlo. Lo que sí es verdad, es que he evitado a toda costa quedarme a solas con él, por mucho que él y los demás lo hayan intentado.
No es que no quisiera estar con él a solas, sinceramente lo hecho de menos. Pero tenía los sentimientos tan a flor de piel, que tenía miedo de volver a llorar sin parar; y que la herida, que aún no ha cerrado del todo, se volviera a abrir. Aunque era consciente que tarde o temprano tendría que enfrentarme a ello.
Sobre todo, teniendo en cuenta que el día de la fiesta de su cumpleaños se aproximaba y seguramente sería bastante incómoda si sigue habiendo esta tensión entre nosotros.
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Terminó el día de rodaje. Era un lunes y me fui rápidamente hacia la caravana antes de poder encontrarme con Joseph. Me di una ducha, me puse cómoda, me tumbé en la cama con los cascos y me puse a escuchar música tranquilamente. Estaba tan concentrada en eso que no me di cuenta que Phoebe había llegado, junto a Tuppence.
— Ah, hola —me incorporé y me senté en el borde de la cama—. No os he oído llegar, cuando me pongo a escuchar música desconecto —sonreí.
— Dalia —las dos se sentaron frente a mí y Tuppence empezó a hablar—. No podéis seguir así... Es tan ridículo y estúpido que los últimos días que te quedan por estar aquí estéis de esta manera...
— Es normal que estés dolida... —añadió Phoebe—. Pero Joseph es la persona más noble y tierna que conozco, no creo que quisiera hacerte daño. Al menos no adrede —hizo una pausa y se acercó a mi para coger mi mano y acariciarla—. Al contrario, yo creo que lo que intentaba era evitar que los dos terminaseis heridos o con el corazón roto. De verdad que él te quiere, lo último que esperaba era que te sintieras así.
— Chicas... —los ojos me empezaron a arder, otra vez las lágrimas querían salir—. A mi tampoco me gusta estar así con él. Sé que no lo hizo a propósito. Entiendo sus motivos desde el momento que lo pensé más fríamente —una lágrima empezó a caer por mi mejilla—. Yo también le quiero, pero lo que me hizo daño fue el cambio tan repentino de parecer.
— Dalia... —Phoebe me interrumpió—. Piensa que él la mañana de ese día no tenía ni idea de que te irías tan lejos. Y tú tampoco.
— Lo sé —sorbí—. Sé que irme al otro lado del mundo hará más difícil todavía la despedida, pero estaba feliz de poder seguir con él estos días antes de irme, con eso me era suficiente... —agaché la cabeza—. Hasta que me dijo que no. Eso me rompió por dentro más de lo que esperaba. Si desde un principio me hubiese dicho que no, lo habría aceptado. Pero su comportamiento me hizo pasar de la alegría más absoluta a una gran tristeza en cuestión de horas.
— Lo entendemos Dalia. Pero tal vez deberías hablar con él, decirle lo mismo que nos estás diciendo a nosotras —sugirió Tuppence.
— Sabe que te hizo daño y no sabe cómo hacer para que le perdones —Phoebe me colocó el pelo detrás de la cara para que la mirase—. No se atreve a acercarse a ti por miedo a hacerte llorar o a herirte de nuevo. Pero le conozco y necesita hablar contigo y arreglar esto más que nada ahora mismo.
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Dos veces amada | Parte I
FanfictionDalia es una chica tímida a la que siempre le ha apasionado el cine y la fotografía, por lo cual, sin dudarlo, decidió estudiar la carrera de cinematografía. Gracias a su esfuerzo consigue un primer trabajo como ayudante en una serie de la BBC en I...