033 - De camino a EEUU

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Octubre de 2016.
Partida a Estados Unidos.

Ya habían pasado nueve meses desde que terminé mi trabajo en Londres y me tuve que despedir de todas las nuevas amistades que hice allí, lo que incluía a Joseph. Cuando volví a la isla, llegué tan desconsolada y descorazonada que mis amigos y familiares no sabían como hacerlo para que dejara de estar triste, pero poco a poco lo fui consiguiendo.

Mis amigos estuvieron todo el verano sacándome de fiesta e intentando que conociera a otros chicos, pero yo la verdad es que no estaba muy por la labor. No sé si había hecho bien en cerrarme puertas con otros chicos aún sabiendo que entre Joseph y yo ya sólo había amistad. Pero aún tenía el corazón roto como para estar con alguien.

Durante todos estos meses estuve hablando con todos, sobre todo con él. Nos íbamos mandando fotos de todos los lugares en los que estábamos y nos escribimos bastante a menudo contándonos qué tal nos iba todo. De echo, me mandó unas fotos que me encantan, de cada vez estaba más guapo.

 De echo, me mandó unas fotos que me encantan, de cada vez estaba más guapo

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Me alegraba no haber perdido el contacto

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Me alegraba no haber perdido el contacto. A pesar de que había pasado casi un año, me seguía doliendo el estar tan alejada de él pero me consolaba que no habíamos desistido en nuestro afán de seguir siendo, al menos, amigos.

De hecho, sigo llevando su anillo allí donde voy; aunque me lo he puse enganchado en una cadena de plata, así lo llevaba como si fuera el colgante de un collar. Me iba demasiado grande y me daba miedo perderlo si adornaba alguno de de mis dedos.

La verdad es que a Joseph le empezaban a salir muchos trabajos, estaba muy contenta por él, ¡incluso había conseguido un papel protagónico en una obra de teatro con la gran Olivia Colman! Lo único malo era que estaba tan arriba de trabajo últimamente, que casi no tenía tiempo para escribirme.

Yo por mi parte, al tener ya el contrato asegurado con la productora de Stranger Things no había buscado trabajo en ese ámbito. Aunque estuve todo el verano trabajando de camarera y algunas sesiones fotográficas, como por ejemplo en bodas, que me salían esporádicamente para hacer una pequeña hucha.

No es que no me hubieran pagado bien en Londres, de hecho tenía un buen rinconcito de ahorros, pero la vida en Estados Unidos no sabía como sería y no quería tener que pedirle dinero a mis padres, quería ser autosuficiente hasta que me dieran mi primer sueldo.

Dos veces amada | Parte I Donde viven las historias. Descúbrelo ahora