🍎Capítulo 33🍎

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—Busquen por todo el bosque, tiene que estar por algún lado —ordenó la asgardiana.

—Agradezco que quieras ayudarme en encontrarlo, sabía que llegaría tarde o temprano, no es una persona estúpida.

—Entiendo eso señorita Athena, además en estos momentos el caballero de escorpio nos metió en pequeños aprietos.

—Si, meterse al bosque donde encontramos más acercamiento al pequeño tallo del árbol de Yggdrasil tiene un pequeño riesgo, es como si lo estuviéramos mandando a una trampa segura.

—No solamente una trampa segura si no un objetivo fácil de incubar el cosmos del mismo Yggdrasil.

—Me preocupa eso, que sea un recipiente para el poder del árbol, será difícil después enfrentarnos a él.

—Podría provocar su muerte, puesto sería complicado sacar el cosmos del gran árbol Yggdrasil dentro de él.

Athena quedó en silencio, observando como soltados asgardianos y sus caballeros dorados entraban al bosque de Asgard dispuestos a encontrar a Milo, todo estaba cubierto de nieve, sería difícil a este paso encontrar a Milo por lo inmenso y anchuroso que era el bosque, la nieve junto a la tormenta que se avecinaba no servía de mucho.

—Solo nos toca tener fe que podrán encontrarlo antes de la tormenta —comentó Athena.

—Espero que ese chico no se meta en más problemas como hasta ahora.


[°~❄️~°]

Correr entre la nieve con una armadura pesada como lo era la armadura de escorpio no le estaba beneficiando mucho, sus pulmones se estaban congelando y sentía que poco a poco se iba a derrumbar, copos de nieve caían con intensidad y el viento soplaba fuertemente. Entre las ramas de aquellos árboles que pasaba por encima de ellos un pequeño destello de malicia lo seguía sin este a verse percatado de su presencia, Milo por un momento sintió algo extraño dentro del bosque y frenó su paso, su mirada se dirigió a varios lugares buscando aquel extraño presentimiento que había tenido, su guardia estaba atenta a todo, hasta que sintió como una rama había atrapado su pierna izquierda.

— ¡Mierda! ¿Qué es esto? —pregunto, alzo su aguja escarlata y destrozó la rama.

Ahora sí que tenía que averiguar qué estaba pasando, sintió como un pequeño cosmos estaba cerca, pero a la vez lejos de él, ese pequeño cosmos empezó a confundirlo pues se dirigía en varios lugares hasta que estuvo enfrente de un árbol, Milo se acercó, pero este empezó a huirle.

—Así que piensas escapar de mí, eh, pues que así sea.

Empezó a perseguirlo, ese cosmos por pequeño que se sentía su presencia le daba bastante escalofríos, le recordaba algo, pero no sabía con exactitud donde lo llego a sentir, pues ese cosmos se le hacía algo familiar para él, descubriría que es lo que pretende pues no dejaría que se saliera con la suya, después de lo que paso con Camus preferiría distraerse un buen rato y olvidar el mal momento que tuvo que ver con sus ojos opacados, y sentirse como una mierda por ello, pues si así serían las cosas preferiría nunca haber ido tan lejos para ver su estúpida cara de no saber nada, y sus compañeros tampoco ayudaron en ese proceso, ya no sabía si tenerles odio o rencor por haberle mentido tan estúpidamente, así que relajaría su mente persiguiendo ese extraño cosmos que de seguro lo estaba guiando a algo malo que lo haría arrepentirse luego de haberlo seguido.  

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