🍎Capítulo 23🍎

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Ahora con el santuario todo para él no sabía que haría estos tres últimos días que le quedaba con la ausencia de sus compañeros de armas, su diosa y el patriarca. Lo primero que una persona normal haría es hacer un desmadre y armar una fiesta, pero como sabía que podría pasarse a casos peores, conociéndose, no sabía qué hacer en esos momentos, lo metido bastante si hacer una travesura o no, pero sin Kanon o Aioria sería muy aburrido en ese caso en hacer alguna maldad en el santuario y prefería guardárselo para después. Ahora pensándolo bien últimamente no había estado con la manzana en manos y se le paso por la mente el no saber en dónde carajos la había dejado, se levantó de su cama de golpe y busco por toda su habitación su ubicación hasta que la encontró debajo de su cama dentro del cofre. Suspiro si algo malo le pasaba a esta manzana se volvería loco y lleno de arrepentimiento por no cuidar bien de ella, pensándolo bien quiso salir de su templo a veces le aburria estar dentro de el todo el tiempo y más sabiendo que el santuario casi estaba desolado sin ninguna alma en cada templo zodiacal habitando en él. Se preguntaba cómo le haría para dormir, jamás se imaginó estando casi solo en el santuario sin sus compañeros y no por que el fuera una gallina o algo por el estilo si no que se sentía mas seguro que algunos de sus compañeros estaban descansando casas abajo de él y sin preocupación alguna los enemigos vendrían a donde Mu dándole mas seguridad de alistarse a tiempo para una batalla. Lo bueno de vivir en la octava casa era que podía estar mas tranquilo de muchas cosas, pero lo peor era que se demoraba un poco subiendo escaleras arriba para llegar a su casa a solo descansar cuando ya no podía dar ni un solo paso por los extremos entrenamientos que a veces se sometía para hacerse mas fuerte con Kanon y Aioria.

Salió casi por fuera del santuario dirigiendo su paso al lugar favorito donde Camus y el solían pasar de niños era un lugar relajante y mas por el gran árbol que pertenecía justamente ahí con hermosas flores y frutos que lo hacían ver mas admirable para la vista de cualquiera que lo viese pasando por ese mismo lugar.

Se sentó bajo la gran sombra con su cofre en manos que este daba por las grandes ramas y hojas que hacían más cómodo el ambiente, una suave brisa que chocaba junto con su rostro sintiéndose más tranquilo en el lugar. En esos momentos no quería irse de ahí, miraba el anchuroso cielo formar figuras entre las hermosas nubes que podía poseer el cielo azulado, tan hermoso y deseoso de poder navegar en un barco si se pudiese y hacerlo de noche para atrapar las luminosas estrellas que poseía como joyas la hermosa noche.

Ahora que lo meditaba bien en ese lugar lleno de tranquilidad se dio cuenta que algo no andaba bien y sentía una extraña sensación de que algo muy malo iba a pasar tarde o temprano y que eso seria un peso demasiado grande para el trayendo en si un dolor mas para su miserable vida.

—Camus... —soltó sin pensarlo. Se ahogo en un suspiro pensando nuevamente en el como la única cosa en la que se pudiera aferrar en el mundo que le hacia vivir día a día, pero también lo hacia morir cayendo bajo a un vacío infinito lleno de oscuridad. 

Manzanas De HieloDonde viven las historias. Descúbrelo ahora