— ¿Seguros que no hacían algo? —insistió.
—Por supuesto que no, solo estábamos chismosiando —dijo Afrodita.
—Pero... —interrumpido.
—Pero nada Milo, no estábamos haciendo algo del otro mundo —exclamo Aioria.
El heleno solo quedó en silencio observándolos con sospecha, pero al parecer ellos no querían hablar del asunto.
—Está bien, entonces me iré —dijo para empezar su marcha.
Solo bajo su mirada confuso, no sabía el por qué se estaban comportando así con él. Se sentía un poco extraño ante la actitud de sus compañeros.
— ¡Milo!, espera —llamo Kanon.
El peli morado giro su vista hasta mirar al mayor que se encontraba de brazos cruzados con una postura muy seria para su parecer. Ahora se sentía más confuso, no sabía si Saga era el bipolar o era Kanon ahora.
— ¿Sucede algo? —pregunto inquieto.
—Claro que si, como hoy no fuiste al entrenamiento, sino que mejor decidiste huir, el patriarca nos informó que para cuando decidieras dar la cara en el santuario te presentarás ante él. Al parecer te metiste en serios problemas por irte, así como así Milo —su tono de voz se había escuchado muy frío, eso le dio un pequeño escalofrío.
—De acuerdo —fue lo unido que dijo para marchase. No podía creer que en serio le pondrían un castigo por a verse ido, así como así.
Los cinco esperaron a que ya no hubiera más rastros del heleno por el templo, y sacaron lo que tanto le estaban ocultando a él.
— ¿Así que todos se van a reunir aquí menos él? —hablo el peliazul con una voz bastante sería.
—Es obvio que sí, es el único que no sabe nada de eso —hablo Aioria.
—Siento lastima por Milo, espero que no descubra nada, las cosas se pondrán bastante feas de eso estoy seguro —comento el peliceleste.
—Solo actúen natural, y no digan absolutamente nada de esto, nos meteremos en serios problemas si se llega a enterar de esta noticia —dijo tranquila el pelilila
—Yo sigo con que deberían decirle la verdad y no ocultársela, es demasiado malo de su parte que lo hagan —dijo el español con un tono de voz penetrante.
—Aun no es tiempo Shura, aún no —adquirió Kanon.
—Solo hay que esperar a que se reúnan todos para empezar con esta reunión secreta, espero que esto no levanté sospechas —comento el castaño.
Todos quedaron en absoluto silencio observado la carta que tenía cada uno en sus manos. Sería una decisión difícil y una acción muy arriesgada, pero todos querían estar presentes ante eso para observa todo lo que había creado el. Y ahora estar callados era la única opción que tenían como petición, pagar por su silencio. Para que así Milo jamás se diera cuenta de lo que en verdad pasaba en su alrededor.
Era un círculo lleno de mentiras, misterio y secretos en el que Milo estaba rodeado. Y a pesar de todo él no lo sabía, solo se hacía la misma pregunta. ¿Dónde está Camus?, La manzana de hielo sería su única compañía en esos momentos.
ESTÁS LEYENDO
Manzanas De Hielo
FanfictionVolvimos a la vida nuevamente para algo, pero tu decidiste tomar otro camino que estar a mi lado. Tu tomaste un camino diferente, mientras yo te seguía esperando en el mismo lugar con ese pequeño objeto que me dejaste. Sigo aquí, viendo cómo me deja...