🍎Capitulo 4🍎

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— ¡DITAAAA ESO DUELE! —grito el heleno.

—Lo siento —se disculpó—, más quien te manda a enfrentarte a esos tarados.

— ¡¿A QUIENES LLAMAS TARADOS?! —hablaron en coro Kanon y Aioria.

—No griten —hablo serio Saga quien callo a ambos.

Los tres quedaron en las manos de sus amigos quieres los cuidaban. Milo divisaba desde lejos a Camus que miraba serio cierto punto que desconocía, el heleno haría todo lo que fuera para recuperar su amistad, pero de verdad parecía un tonto rogándole a Camus, una persona fría, sería y orgullosa, ¿Por qué tenía que arruinar su orgullo y reputación por rogarle a alguien como Camus?, estaba loco, pero era un loco que aún lo quería.

Por fin había sido liberado por Afrodita, tenía algunos rasguños, pero el que más le dolía era la cortada que se hizo gracias al Plasma Relámpago de Aioria, de verdad la cortada había sido un poco profunda en su ante brazo derecho. Solo tenía que descansar un momento y retomar el entrenamiento con sus amigos.

—De verdad hicimos el ridículo —quejo el gemelo menor.

—No creo, dimos la mejor pelea del mundo —hablo el castaño.

—Por ustedes perdí las apuestas que tenía —quejo el italiano.

—No te culpo, sabias perfectamente que ya era misión imposible salir de tres ataques a la misma vez —hablo Milo.

—Ahg... la próxima vez asegúrense de que uno de ustedes quede de pie, así nunca van a crecer mis apuestas a este paso —hablo serio el italiano.

—Que no te preocupe eso, la próxima vez seré yo quien quede de pie —hablo firme el peliazul.

—Si no es que yo primero te venza a ti y a Milo y quede yo de pie —dijo el león.

—Vamos chicos, todos sabemos que el único que va a quedar de pie entre nosotros seré yo —burlo el heleno.

—Ya veremos eso —sonrió el italiano para después retirarse.

Los tres tomaron su merecido descanso mientras Milo no dejaba de mirar al horizonte donde se estaba precisamente Camus quien entrenaba solo. El heleno no pudo más y se paró de su asiento llamando la atención del castaño y el peliazul quien lo miraban con curiosidad, Milo siguió de pie y no dio paso alguno, ambos miraron a donde el heleno miraba y se encontraron con Camus. Los dos sonrieron para después mirar a Milo quien apretaba sus puños con fuerza y miraba con enojo y odio al galo, estos quedaron un poco sorprendidos ante eso meditando sus palabras.

—Milo, deberías hablar con el —hablo Kanon seriamente.

Milo guardo silencio, Aioria noto que las actitudes del heleno eran bastante extrañas.

—Sinceramente no te entiendo, mueres por hablar con él y ahora te estás muriendo de la ira con solo verlo —esta vez hablo el castaño.

Milo no quiso dar explicaciones y solo se dedicó a irse, dejando a sus amigos más que confusos.

—Sabes, a veces ni yo mismo entiendo a Milo —hablo serio el peliazul.

—Eso es verdad, ni yo menos lo entiendo —comento.

Kanon y Aioria no dejarían pasar esto por alto, Milo se estaba empezando a comportar de una manera bastante rara para ellos. Kanon pensaba que su hermano le había pegado la bipolaridad, y Aioria que de verdad Milo necesitaba ayuda.  

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