🍎Capitulo 2🍎

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Un nuevo día se había presentado y con ella la Aurora de rosáceos dedos despertando a quienes estaban en los brazos de Morfeo. Milo con la pereza más grande del mundo se levantó, de verdad anoche habían bailado hasta no dar, lo más triste era que no pudo dar un paso para intentar hablar con Camus, el francés después de que el reloj dará las doce se fue a su templo dejando a Milo bastante triste. Aioria como buen amigo que era del heleno lo animo hasta lo que más pudo, obligándolo a bailar y a beber un poco. Los ojos le pesaban tremendamente, apenas a las seis de la mañana habían terminado la fiesta por su resurrección, de verdad no entendía por qué tanto alboroto por eso, pero Athena los había dejado hacer cualquier cosa hasta muy tarde. De verdad se había pasado demasiado con el alcohol, ni siquiera recordaba cómo había llegado a su templo. Ni lento ni perezoso se levantó con arto sueño de su cama, se dio una ducha rápida, vistió su ropa de entrenamiento he hizo lo que más pudo de desayuno, ya que el heleno no sabía cocinar, como era tan malo en la cocina solo puedo tomar algunas manzanas y comerlas, la verdad el a veces no se alimentaba bien, ya que Aioria, Kanon o Camus le hacían el desayuno, ahora era donde se daba cuenta que debía a ver aprendido a cocinar para el mismo, casi no le gustaba depender de nadie pero aún que lo intentará siempre se le quemaban todo y eso le frustraba demasiado.

Comió las manzanas que había ahí y algunas frutas que por rara razón tenía, ya que normalmente lo que más comía era las manzanas ya sean verdes o rojas. Le encantaba bastante comerlas y para el nunca faltaba un día en que no comiera una deliciosa manzana.

Unos segundos después y había bajado al coliseo donde se encontró a sus compañeros entrenando. Divisó la pelea entre Kanon y Aioria por saber quién era el mejor, le daba bastante gracia verlos pelear por cualquier cosa que fuera hasta lo más estúpido hasta lo más simple, jamás se peleaban por cosas serias, las discutían hablando tranquilamente o a veces a los gritos. Lo que más le causaba gracia en su grupito de amigos era que cuando a veces estaba conversando algunas veces salían gritando como si estuviera peleando, y era que a veces salían gritando por algunas cosas, parecían peleando, pero solo discutían o conversaban.

A paso tranquilo se acercó a ellos para saludarlos y empezar con un entrenamiento donde ellos tres se enfrentarían. Un pogo donde pelearían hasta el cansancio, donde solo uno sería el ganador de ellos.

Se colocaron en posición de defensa, hasta que el primero no diera el primer golpe nadie se movería, y como sus peleas eran tan épicas llamaban mucho la atención de los demás soldados reuniéndose todos a ver el enfrentamiento. DeathMask como siempre hacia sus apuestas de quien ganaría, solo esperaría ganar buen dinero del ganador. Todos los dorados estaban presentes hasta Camus esperando ver el espectáculo de un pogo de tres caballeros de oro peleando entre ellos.

Manzanas De HieloDonde viven las historias. Descúbrelo ahora