🍎Capitulo 13🍎

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Había llegado con la respiración un poco agitada a aquel árbol de roble gigante. Ese árbol le traía vagos recuerdos. Tocó aquel firme roble que aún a pesar de los años seguía intacto, observo que crecían bellas florecillas y pequeños brutos alrededor de sus hojas haciéndolo ver aún más hermosos de lo que recordaba. Se sentó en el césped apoyando su espalda en aquel firme árbol, miro el cielo y noto que estaba despejado. Se veía bastante hermoso, era un día bastante relajado, no quería volver a entrenar después de todo estaba bastante agotado por la dura pelea que tuvo con sus demás compañeros, para después terminar durmiendo en el frío suelo. La madrugada había sido muy fría y lo raro era que escuchaba voces, hablaban de Camus. Todo era confuso por qué estaba soñando, un sueño raro que no entendió por nada del mundo, era bastante raro. ¿Camus se había ido?, Eso era una de las palabras que decían aquellos hombres sombríos que no logro ver con claridad.

En esos momentos quería tener la manzana de hielo en sus manos, pero recordó que la había dejado en la nevera, en su congelador precisamente en su templo, en aquel cofre que lo guardaría hasta el regreso del galo.

Solo quería descansar y recordar esos bellos momentos que pasó con su amado francés, aquellos momentos que no volvieron a repetirse.

—Mi último abrazo para ti fue mi última despedida... —susurro.

Apretó los puños con mayor fuerza. Por qué le tenía que hacer eso, estaba empezando a dudar de sus compañeros, cada que preguntaban por Camus se ponían nerviosos y otros se quedaba en sumo silencio, excepto Shura que parecía todo rejalado cada vez que preguntaba por él. Athena le estaba ocultando algo y él lo sabía perfectamente por la actitud que tomo ese día en que se presentó al templo principal, y no solamente ella, también el patriarca, y más Hyoga que al momento de verle se puso bastante nervioso hasta el grado de querer huirle a él. Le parecía demasiado raro que el rubio le huyera así de la nada. El solo quería saber de su maestro, pero cada vez que llegaba con el tema el rubio le cambiaba por otro o le huía bastante rápido, saliéndole con una excusa o algo por el estilo. ¿Qué tanto tenía Camus que no le podían decir?

Se estaban pasando de la raya con esto, más sabía que había dos personas que soltarían el secreto lo más rápido posible. Ese misterio, esos nervios, de algo estaba seguro y era que le estaban ocultando algo de Camus y no querían decirle. Pero sería fácil amenazar a Kanon y a Aioria que hablaran o les partiría su madre. Él era capaz de hacer un escándalo con tal de que le dijeran la verdad. Siendo sincero nunca le gustó la idea de que le mintieran, su confianza era lo más importante que el bicho tenía una vez en dársela a alguien confiaría plenamente en él, pero si alguien lo defraudaba su confianza ya era difícil de tomar. Lo extraño siempre fue que a Camus jamás le puso esas reglas, siempre se las perdono todas, y a referirse a que con el francés todos los errores se los pasaba por alto y jamás replicó por ellos, le dio muchas oportunidades cuando le defraudaban o cuando se peleaba con él. Por qué con él era así de malo, él no sabía que le había hecho en el pasado y si le hizo algo quería disculparse con él. El bicho solo quería estar a su lado solamente y este siempre lo alejaba de la peor manera posible.

Manzanas De HieloDonde viven las historias. Descúbrelo ahora