🍎Capítulo 40🍎

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—No te rindes a pesar de estar borracho y fuera de sí.

—Y usted no deja de ser astuta además de saber de antemano que está intentando sacarle información a una persona vulnerable, pero quiero dejarle en claro que no pienso ceder.

—Eso ya lo veremos. Me comentaste hace unos momentos que lo que querías era a Milo pero lo habías destruido. Dime, ¿Por qué lo hiciste?

—Por favor ya basta —sentía el ácido subir por su garganta mientras hacía una mueca de completo disgusto, ¿En serio iba a vomitar en plena discusión?

— ¿Tanto te cuesta decir cómo te sientes? —ya se estaba mareando— No puedo creer que hemos llegado a este punto, y yo que había aceptado que te casaras con Surt en la iglesia —porque su pecho se estaba apretando a cada segundo— De saber que las cosas terminarían así jamás te habría aceptado esa petición —escuchaba los latidos de su corazón apunto de explotar.

La albina observó como el francés estaba más allá que acá, y suspiro con pesadez, no tenía caso, lo intentó y a pesar de que pudo extraerle algo de información con esa cantidad innumerable de alcohol recorriendo por sus venas aún seguía teniendo esa misma actitud conservadora de siempre.

—Solo vine a decirte algo —se endereza y retrocedió unos pasos hacia atrás con su báculo en mano— Aioria y Kanon acaban de mandar un mensaje informándonos de cómo está la situación por los alrededores de Asgard.

No quería escuchar más, oía un pitido estrépito en sus oídos, le dolía bastante la cabeza, su respiración se estaba volviendo algo pesada y difícil de seguirle el ritmo. La señorita Hilda empezó a dar pasos firmes hacia la puerta y se detuvo antes de cerrarla.

—Milo de Escorpio ha fallecido —y con eso cerró la puerta a secas.

—Ah.... —solo pudo pronunciar eso.


[°~❄️~°]

Kanon y Aioria estaban al borde del colapso, habían perdido a Milo en unos simples segundos, tenían la intención de salvarlo, sin embargo, esta vez los dioses no les permitieron hacer eso. Vieron como su compañero fue arrastrado sin dejar rastros sobre él, quisieron volver, intentar mover piedras, nieve lo que sea con tal de encontrarlo o tan siquiera encontrar su cuerpo, solo pudieron informarle a Athena mediante un mensaje que habían perdido a Milo en un derrumbe en la nieve sin olvidar mencionar lo ocurrido con aquel extraño cosmos que les hizo la vida imposible.

Ahora solo podía lamentarse mientras Saga había llegado junto a ellos y retener los instintos impulsivos que tenía el leo por destruir todo mientras esperaban al hermano mayor de este, mientras tanto por el rabillo de su ojo observaba a su hermanito sentado en una piedra con una expresión de completo shock y sombría a su vez, parecía que el peli azul menor aun no podía asimilar lo que había pasado y se mantenía en silencio escuchando los insultos desesperados del castaño por considerarse haber sido inútiles en una misión tan fácil como esta.

Solo pudo suspirar pesadamente mientras se acercaba a Kanon para sentarse a su lado y poner una mano en su rodilla para hacerle saber que estaría ahí apoyándolo, el menor se sobresaltó un poco enfocando a su hermano que lo miraba con una media sonrisa y una mirada serena, sabía que no tenía que decir para hacerle saber a su hermano su estado de ánimos, eran gemelos, tenían presentimientos cuando el otro estaba pasando por algo, pero a veces tenían como regla hablar cuando era necesario y Kanon simplemente le abrazó en silencio mientras Saga le acariciaba su melena un poco más clara que la suya y apoyó su mentón en la cabeza del menor, era un gesto reconfortante porque al fin de cuentas siempre se tuvieron ellos dos.

Manzanas De HieloDonde viven las historias. Descúbrelo ahora