🍎Capitulo 9🍎

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Llegó al coliseo mirando a sus dos mejores amigos entrenando, aún tenía su armadura puesta y el cofre lo llevaba aún lado. Kanon y Aioria notaron la presencia de Milo quienes detuvieron su entrenamiento para ir a saludarlo.

—Pensé que nunca vendrías, ¿en dónde estabas metido Milo? —pregunto Kanon con una sonrisa.

—Estaba en el recinto principal preguntando algo —dijo serio.

— ¿Qué cosa podría ser que fuiste personalmente hasta el templo principal? —pregunto el castaño.

—Es sobre... —suspiro—, es sobre Camus, Shura ayer me informo cuando estaba en el templo de Acuario que Camus había marchado a una misión que duraría quince años.

Ambos quedaron sorprendidos más se relajaron.

— ¿Entonces ibas a ir a rogarle a tu amado? —dijo burlón el peliazul, Milo lo miro serio, Kanon en ese momento supo que era una cosa seria—. Era una broma, más ¿qué traes en ese cofre? —miro curioso.

—Además de verse que está congelado que hay adentro de el —curioseo un poco el castaño.

Milo se acercó un poco a ellos y lentamente abrió el cofre mostrando su contenido. Kanon y Aioria quedaron sorprendidos por lo que veían.

—Es una manzana —dijo Aioria.

—Y es de hielo —dijo Kanon.

—Si, ayer cuando desperté encontré esta manzana en mis manos, lo que me pareció más raro era que estaba congelada, además de tener un beso en ella un poco visible —dijo tranquilo.

—Ya veo, seguro que fue Camus antes de irse, de seguro te dejo eso como recuerdo, ya que como dijiste antes se iría quince años a quien sabe dónde —dijo Kanon aun observando con detenimiento el objeto.

—No sé yo, pero me parece hermosa esa manzana, debes cuidar bien de ella sabes.

—Lo sé, la cuidaré mejor de lo que me cuido —sonrió.

Los tres rieron ante ese comentario y empezaron con juegos bruscos, Milo cuidaría bien ese pequeño objeto que su amado le había dejado.

Minutos después todos los dorados estaban presentes en excepción del onceavo templo, darían inicio a una batalla campal en dónde solo uno sería el ganador. Todos tenían sus armaduras doradas en posición de batalla, el patriarca Shion sería el anfitrión que daría inicio a esa pelea, Dohko estaría también en la batalla campal esperaba que sus hijos pudieran superarlo aún que dudaba mucho sobre ello.

Kanon a pesar de no tener la armadura por compartirla con su hermano pelearía al estilo libre sin armadura.

—Bien, preparados, listos, que empiece la batalla campal dorada —anuncio dando inicio a la batalla.

Todos empezaron a moverse en una velocidad rápida, hacían esa batalla campal pocas veces para hacerse más fuertes y saber cómo atacar con tantas personas a la vez. Dohko ya tenía experiencia así que no se preocupaba para nada, Milo quería por lo menos resistir más ya que sabía que en todas las batallas campales ganaba el viejo maestro Dohko que los pelaba en un abrir y cerrar de ojos.

Todos tiraban sus mejores técnicas, la pelea duraría todo un día.

Después de varias horas había caído la noche y los caballeros dorados peleaban con todo lo que tenían haciendo arder su cosmos por ser el ganador de la batalla campal, algunos estaban cansados ya que llevaban todo el día y tarde peleando entre ellos. Kanon se estaba aburriendo más no quería rendirse tan rápido, Aioria estaba cansado más no se rendiría y Milo aún tenía fuerzas para seguir de pie.

Manzanas De HieloDonde viven las historias. Descúbrelo ahora