🍎Capitulo 14🍎

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Estuvo toda la mañana y la noche en aquel lugar, de milagro no murió de hambre por qué sabía que al lado muy cerca de aquel árbol gigante de roble había un árbol de manzanos, estuvo comiendo manzanas como loco en el trascurso en el que estuvo ahí. Sabía que lo iban matar por su desaparición tan repentina, pero no tenía opción, se sentía mal, algo en su pecho le decía que debía salir corriendo de ahí tan rápido como podía y eso hizo, llegando a ese viejo lugar que le traía recuerdos vagos con el francés. Ya era bastante tarde era alrededor de las siete de la noche, debía llegar al santuario antes de que lo tacharan como traidor, más sabía que con Kanon de testigo de a verlo visto correr a quien sabe a dónde sabía que no lo harían hasta que el no diera la cara en el santuario.

Se paró de su sitio y se estiró un bien rato, llevaba sentado ahí varias horas y era por que se había quedado dormido de lo cansado que estaba, pero en fin solo daría su marcha de regreso al santuario, aunque no quisiera en el fondo lo haría igual, no quería ser perseguido toda su vida.

Empezó su marcha a paso tranquilo, no quería apresurarse tampoco, miraba todo a su alrededor con un poco de claridad ya que la noche no estaba tan estrellada y la luna estaba un poco escondida haciendo su camino más difícil de visualizar. Le molestaba un poco el de no poder ver bien, se estaba tropezando con una u otra piedra y eso le fastidiaba. No podía correr por qué sabía que se caería muy fácil así que mejor camino con tranquilidad y paciencia.

Después de unos minutos por fin había llegado al santuario, todo se veía con suma tranquilidad vio que en el primer templo estaban algunas personas, también noto que todos los templos tenían las luces encendidas menos su templo y el de acuario. Su camino lo había llevado al primer templo principal que era el de Aries, hay se encontraban Mu con Kanon y Aioria, también estaba Shura y Afrodita, lo raro era que cada uno tenía una carta decorada y elegante. Todos observaban a Kanon leer su carta mientras otros solo discutían en silencio.

Dio su presencia en el templo subiendo las tres escaleras que tenía que subir para dar su cara y dejar todos sorprendidos y nerviosos. En ese instante noto que todos escondieron la carta detrás de sus espaldas, con su mirada tranquila observo a todos.

—Hola chicos, ¿que hacían? —pregunto extrañado.

—Nosotros... pues nada en especial —el primero en hablar fue Kanon quien sonreía nerviosamente.

—Lo que dijo Kanon, solo estábamos de chismosos no es nada del otro mundo Milo —el segundo fue Aioria que al igual estaba nervioso que Kanon.

—Tu tranquilo, solo sigue tu camino y nosotros seguiremos con nuestro chisme —dijo Afrodita con una sonrisa forzada.

—Milo, no tienes que pedir permiso para pasar mi templo, te doy el permiso de hacerlo así que tú tranquilo pasa —dijo Mu con un poco de nervios.

Shura era el único que se veía tranquilo de los cinco, el español fue el único que lo saludo con una sonrisa que él sabía que era más sincera que las otras.

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