🍎Capítulo 32🍎

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— ¿Camus que hiciste? —escucho la voz del heleno retumbar las paredes de aquella iglesia, el silencio de los presentes haciendo que la voz de Milo se escuchara a metros.

El galo lo miró fijamente, sabía que esto pasaría, lo sentía, tenía un presentimiento que su presencia no sería la excepción, su rostro estaba neutral ante la mirada del heleno que parecía que podía colapsar en cualquier momento, sus mejillas rojas y respirando entre cortado, temblando ante sus ojos aquel hombre que le dejo en manos una Manzana de Hielo que pensaba dársela en persona, pero no en esas circunstancias. Bajo su mirada bajando algunas gotas de sudor del ataque de emociones que se estaba presentando en su ser, sus piernas simplemente doblaron hacia el lado de la puerta y salió corriendo de ahí. Camus inmediatamente soltó el ramo de peonias blancas y mientras empezó a correr por el pasillo de alfombra roja tiro su pelo mientras los presentes lo miraban huir de ahí, dejando a Surt solo en el altar y los presentes sin palabras.

Kanon solo miro con confusión al peli naranja que lo observo en silencio sin saber que excusa esta vez sacar.

Camus logro detener a Milo tomando su antebrazo, al verlo frente a frente miro su respiración demasiado agitada y su mirada demostraba lo alterado emocionalmente que se encontraba en esos momentos.

—Milo yo... —interrumpido.

—Sabes que no me tienes que dar explicaciones.

—Milo...

—Estoy más decepcionada de los demás, pero tú eres mi más grande decepción...

—Lo siento...

—Ya no importa sabes, mira —tomo la mano de Camus entregándole la manzana de hielo—, toma tu manzana, ya no la necesito, y no creo que la necesitare —se fue después de eso con su corazón destrozado junto a sus ilusiones.

Camus simplemente quedo estático y observo la manzana que tenía en sus manos, se veía que la había cuidado con mucho amor, lo sentía, lo sabía. Minutos después llego Afrodita y Mu que lo vieron sin moverse.

— ¿Se fue? —pregunto el sueco.

—Si...

—Camus, ¿en que estabas pensando en hacer esto?, mira, Milo simplemente se fue pensando que lo habíamos engañado por venir a esto —dijo Mu frustrado.

—Ni siquiera se en que estoy pensando —respondió.

— ¿Como que no sabes?, ¿Camus que te está pasando realmente?

—No es como que tenga idea alguna.

—Camus... somos tus amigos, sabes que puedes contarnos cualquier cosa —dijo Afrodita.

—Pero es que... realmente no lo sé...

Los tres guardaron silencio sin saber cómo resolver la situación que se había presentado en esos momentos.


[°~❄️~°]

Milo corría entre la nieve esquivando los árboles y lo que se presentase en su camino, de tanto correr estaba seguro que se había perdido, no sabía a donde iba, en donde estaba, estaba completamente perdido, se sentía tan mal, todo su alrededor se tornaba oscuro, su corazón estaba agitado y roto. Se tomo tiempo para darse cuenta de lo que estaba pasando, fue tan imbécil en esos momentos, debió saber que sus amigos le ocultaban algo, fueron demasiado obvios con él, Athena y el patriarca también estuvieron involucrados en eso, está claro que es un completo idiota, Athena no dejaría el santuario solo y desolado con un solo caballero dorado y los demás simples aprendices o amazonas, eso no lo consideraría aun si fuera la última cosa del mundo que haría, descuidar su templo de esa manera no era algo favorable. Simplemente fue un pendejo, pero ahora ya no podría hacer nada, porque ya el amor de su vida se había casado con alguien más, y ese alguien no era él. 

Manzanas De HieloDonde viven las historias. Descúbrelo ahora