-El océano, a veces, juega trucos con la mente. Es peligroso.
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"El océano es más antiguo que las montañas y está cargado con los recuerdos y los sueños del Tiempo." H.P. Lovecraft
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Ninguno de los dos quería romper la tranquilidad por la que estaban pasando en ese momento, Jasper había colocado una manta cerca de la orilla del lago, ambos se recostaron observando el cielo y veían las copas de los árboles moverse por el viento.
Sabían que su próxima conversación, era algo que no se podía discutir en la escuela o alguna cafetería del pueblo o incluso en una de sus casas, por eso decidieron ir a "su lugar". Jasper colocó su codo sobre la manta y sostuvo su rostro con su mano, giró levemente su cuerpo en dirección a su Compañera
—¿Naciste así o....?
—Nací así —lo interrumpió dedicándole una leve sonrisa, al notar la curiosidad reflejada en sus dorados ojos. — De niña no era consciente de mi poder, hasta que cumplí diez. Ahí fui consciente de ellos, aprendí a desarrollarlos y controlarlos a lo largo de los años, rebasando mis límites cada vez más.
—¿Límites?
—Lo del otro día, es algo relativamente sencillo para mí —lo miro descaradamente sentándose en su lugar, con un pensamiento levanto una columna de agua unos pocos metros para dejarla caer y provocar un pequeño oleaje en la superficie del agua. Jasper la miraba asombrada.
—¿Hasta dónde puedes llegar con ellos? —la curiosidad en el soldado era enorme.
Nerea se regodeó ante su pensamiento, "Si quisiera podría desaparecer Forks y la Reserva del mapa, expandiendo el mar"
—Tal vez un día lo veas.
Jasper sonrió mostramos sus perfectos dientes a la espera de ese tipo de respuesta por parte de ella, siempre tan escurridiza, para después volver a mirar a su pareja inquisitivamente.
—Aguarda, él año pasado en la escuela, lo de las tuberías del sanitario de muje...
—Fui yo, Rose me hizo enojar —dijo maliciosamente la ojos marinos. Jasper asintió anotando en su mente algo que podía hacer su chica y recordado las peleas con sus hermanos.
—Entonces, Edward y Rose siempre tuvieron razón en sospechar de ti. —Nerea asintió con una mueca ante lo dicho.
—No soy peligrosa —al menos para ustedes pensó. —No soy humana al cien por ciento. Jazz, tu familia no puede saber esto, por lo menos durante un tiempo, quiero ser yo quien les cuente y, además, no solo me involucraba a mí.
—¿Tu hermano?
—Es igual a mí o más bien yo a él —mencionó pensativa para después negar y chasquear la lengua.
—Entiendo, proteges a tu familia.
—Más que eso, te juro que las respuestas a todas tus preguntas vendrán pronto —le dijo sabiendo que muy en el fondo tenía un límite tiempo —Pero por ahora... mientras menos sepas, pasas por menos peligró.
