-El océano, a veces, juega trucos con la mente. Es peligroso.
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"El océano es más antiguo que las montañas y está cargado con los recuerdos y los sueños del Tiempo." H.P. Lovecraft
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El tiempo había pasado relativamente rápido, su estadía en la Atlántida llegaba a su fin, era su último día en las profundidades del océano. Jasper había salido para su último día de prácticas con el ejército, mientras la hija de Poseidón caminaba por toda su habitación buscando qué hacer, intentando de alguna forma calmar sus nervios antes de asistir a la asamblea de la corte marina. A pesar de que su presencia ya había sido aceptada, la información que diría su padre provocaría que muchos nobles se alteraran.
Llegó hasta el gran ventanal y observó el panorama de la capital con pena, deseando salir y nadar por sus calles como los habitantes con la libertad que ella no tendría, al saber que una escolta iría con ella al pertenecer a la realeza. Admiró los jardines de algas marinas que se balanceaban suavemente con las corrientes oceánicas.
Nerea llevaba el cabello tejido en una trenza con varias perlas de decoración y una fina tiara. Su vestido, de color azul oscuro, de seda suelta estilo griego, flotaba a cada paso que daba por los pasillos del palacio. Al momento de detenerse, miró la puerta de doble hoja con el grabado de un tridente, el símbolo de poder de su padre. Las puertas se abrieron de par en par por los soldados para dejarla pasar.
La cámara del consejo ya estaba llena de los Lores de las distintas regiones y representantes de cada sección, hablando en voz alta. El ruido que provocaban se asemejaba al romper del mar. Todos estaban de pie o, más bien, nadando; algunos en grupos y otros solos. Y allí, en el centro de la sala, se hallaba el trono, por el momento vacío. Recorrió la multitud con la mirada, buscando rostros conocidos hasta dar con su hermano Tritón, que portaba su armadura real. Se abrió paso entre la multitud hasta llegar a su lado, justo a tiempo cuando las puertas se abrieron de nuevo para el rey.
Poseidón nadó hasta quedar frente a su trono con el tridente en mano, tomó asiento antes de hacer sonar su voz.
—Por favor, guarden silencio —pidió Poseidón. Gradualmente, el silencio fue invadiendo la sala.
Nerea y Tritón se acercaron a un costado de su padre y miraron el mapa que se había creado sobre la mesa volcánica, como representación de los océanos del mundo. Había varias figuras con tallados distintos que representaban varias provincias y puntos de vigilancia del ejército, esparcidas en el mapa.
—La provincia del Índigo ha tenido levantamientos hacia la corona en los últimos días —informó la líder de las Nereidas, de cabello gris, que no había quitado su mirada seria de la semidiosa.
—La princesa Rodo gobierna esa provincia —comentó Tritón.
—Podemos mandar una cuadrilla de soldados para respaldarla —habló Nerea.
—Pido disculpas por mis palabras, princesa —habló con un tono hastiado un lord —Aun es muy joven y no tiene el conocimiento militar marítimo suficiente para manifestar su opinión.
