-El océano, a veces, juega trucos con la mente. Es peligroso.
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"El océano es más antiguo que las montañas y está cargado con los recuerdos y los sueños del Tiempo." H.P. Lovecraft
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Caos.
Caos era lo que estaba viviendo en esos momentos. Gritos de partes de todos, estaban intentando dar su punto de vista en la discusión en el comedor del Argo.
Nerea mantenía los ojos cerrados, estaba a punto de arrancarse los cabellos de la cabeza. Sintió unas manos posarse en su hombro, brindándole apoyo silencioso, sabía que era su hermano. Estaba que lloraba de la rabia, cada minuto que pasaba se sentía más engañada, temerosa y con los nervios a flor de piel. Se paso las manos con frustración por el rostro, dejando descansar sus manos alrededor de su cuello, era una manera de contenerse al momento de hablar.
Helara y Zaid estaban en una acalorada discusión, en un despliego impecable de palabras prohibidas. Seth y Jasper estaban en silencio en un rincón, agradecía internamente no escuchar una palabra de ellos, por el momento. Nico y Clarisse, los habían dejado solo para irse a dormir, Jason estaba sentado, pero cabeceando de cansancio y Leo había ido al cuarto de mandos a detener el curso del barco, dejándolo, flotando en el aire.
Los restantes estaban sobrepasados.
—Esto es una estupidez. —voceo irritado Zaid, después de haber recibido una lista de insultos por parte de Helara.
—Tu eres el estúpido aquí. —hablo Helara a la defensiva, tornando sus ojos a un tono violeta oscuro, estaba harta de los gritos.
—¿Yo soy el estúpido? Parece que no piensas, tenemos que deshacernos de ellos, por qué no veo a ningún animalito del bosque aquí. —el castaño señalo al lobo y vampiro dándoles una mirada hastiada. —Es un asesino, un monstruo, que cuando sienta la necesidad, nos matara hasta saciar su sed.
Ambos hermanos Jackson fruncieron el ceño, miraron molestos al egipcio, provocando escalofríos en el resto de la tripulación por lo parecidos que eran con esa mirada enojada, la sensación que transmitan esos orbes era lo mismo.
—O'Connell —lo llamo Nerea en advertencia, había llegado a su límite.
—Te ha encantado con su apariencia, estas cegada, te ha lavado el cerebro de algas con palabras bonitas —Expreso mordaz —Pero en el fondo, sabes que es peligroso que este aquí.
—Tu problema es la sangre, pero si aquí hay 8 bolsas de sangre —Nerea hizo un ademan señalando a los semidioses, provocando que Zaid la viera aterrorizado. —No te cuento a ti, porque dudo que seas lo suficiente valiente en dar tu sangre.
—Eso no es posible. —hablo Helara entrecerrando los ojos en dirección a la hija de Poseidón, un tanto confundida.
—Lo sé, y él también debe saberlo —hablo Nerea mirando inexpresivamente a Jasper, —Si un vampiro muerde aun semidiós, no se trasforma, la ponzoña no surte efecto en nosotros. Así que, solo obtendría nuestra sangre a costa de nuestra muerte. —Jasper encontró su mirada con sus ojos negros resentidos, por un segundo miro hacia abajo, ella se estaba agitando como el aire que precede una tormenta. —Ninguno de ustedes conoce a Jasper, ni sus límites de autocontrol, entiendo que no tenemos animales a bordo y que su alimentación es un problema en la misión. —sus fríos ojos verdes se posaron en Zaid —Pero tú, no decides que va a pasar con ellos.
